La inflación en la eurozona marca otro récord histórico al ubicarse en 9.1% en el mes de agosto, según los datos proporcionados por la Oficina Europea de Estadística (Eurostat).
Este marcador sería el más alto registrado desde enero de 1997, debido al alza de los precios de la energía y los alimentos, los bienes industriales no energéticos y los servicios, como consecuencia de la guerra en Ucrania.
Los países que tuvieron los índices inflacionarios más elevados fueron Estonia (25,2%), Lituania (21,1%) y Letonia (20,8%), que colindan con la Rusia en conflicto.
En la otra acera, las economías fuertes de la eurozona como Francia, experimentó la menor inflación con 6.5%, le siguió Alemania que registró 8,85% e Italia que marcó 9,0%.
Toda la UE atraviesa una grave crisis del sector energético por el explosivo aumento del precio de la electricidad al consumidor por los recortes en el suministro del gas ruso.
El conflicto en Ucrania no es el único mal que acongoja a la eurozona, la fuerte sequía que atraviesa Europa amenaza a las principales cuencas hidrográficas vitales para el normal funcionamiento de las industrias, el transporte y la producción de alimentos.
Sin embargo, luego de la firma del acuerdo “Granos del Mar Negro” se ha regularizado paulatinamente la distribución de cereales a Europa, que tradicionalmente importaba de Ucrania, pero el bloqueo a sus puertos impedía su normal distribución.
El Banco Central Europeo (BCE) se reunirá el próximo 8 de septiembre y se espera el anuncio del aumento de la tasa básica de interés. En julio el BCE aumentó un discreto 0,5% la tasa, sin embargo bajo el actual contexto, se espera que la intervención sea más energética.
