Casi todas las personas disfrutan de tomarse selfies, por lo que vale la pena revisar ¿por qué es tan divertido tomarse fotos?
La ciencia responde a eso. Si bien muchos creen que es algo vanidoso, la respuesta es mucho más profunda.
Un estudio publicado en el Social Psychological and Personality Science, separó la fotografía en dos formas: captar una imagen sin mucho más sentido o hacerse auto fotos o selfies.
De acuerdo con los expertos, la diferencia entre ambas es que cuando una persona hace una foto que es captada desde sus propios ojos, se le conoce como fotografía en primera persona y se usa para dejar documentado una experiencia. A diferencia de las selfies conocida como fotografía en tercera persona y en ella se busca captarse así mismo con la escena por lo que el significado es mucho más profundo.
Por ejemplo, cuando una pareja se encuentra de vacaciones y se hacen una selfie mientras tienen un paisaje paradisiaco de fondo, lo hacen para dejar constancia de la experiencia física de ese día.
El autor principal de la investigación, Zachary Niese lo explicó así: «No sólo descubrimos que la mayoría de la gente hace ambos tipos de fotos en distintas situaciones, sino que también difieren en si el objetivo de la foto es capturar la experiencia física del momento o el significado más amplio del momento en su vida».
Otra de las personas que respalda la teoría de Niese, es la co autora del estudio, Lisa Libby, y profesora titular de la Universidad de Ohio. Ella es de las que piensa que hacerse selfies y subirlas a las redes sociales no es un acto de vanidad, sino que se trata de saber apreciar un buen momento.
Más de 2000 personas participaron en esta investigación. Con ellos, los expertos pudieron comprobar que en la mayoría de los casos, la gente es mucho más propensa a sacarse fotos en tercera persona cuando su intención es tener un significado que perdure.
«Hacer y publicar fotos forma parte de la vida cotidiana de muchas personas. Aunque a veces la cultura popular se burla de las prácticas fotográficas, las fotos personales tienen el potencial de ayudar a las personas a reconectar con sus experiencias pasadas y a construir sus propias narrativas», explicó Niese.
El autor explicó que los usuarios no deben juzgar a una persona por sus fotos, ya que el fotógrafo capturó una imagen de acuerdo al momento o la experiencia y probablemente no sepan cuáles son los verdaderos motivos.
También hay que tener en claro que el objetivo de una foto es siempre preservar un recuerdo, de una forma u otra.
«Las prácticas fotográficas de la gente tienen el potencial de servir a un motivo humano más fundamental para desarrollar y comprender nuestro sentido del yo, tanto en términos de las experiencias de nuestra vida como de su significado más amplio», afirmó Niese.
