Aunque el Santa Claus que conocemos actualmente está basado en los dibujos creados por Thomas Nast en 1863, su característico traje rojo y la globalización de su imagen amable y rechoncha se debe a la empresa Coca-Cola, y su campaña publicitaria desde 1931.
De acuerdo con la Enciclopedia Británica, la imagen de Santa Claus está basada en San Nicolás, un santo cristiano del siglo IV que nació en el año 280 d.C., en un poblado cerca de lo que hoy es Turquía.
Aunque existen varias leyendas acerca de este personaje, todas coinciden en que era un hombre bondadoso que siempre ayudaba a los niños y a los más vulnerables.
Fueron los holandeses quienes llevaron la leyenda de San Nicolás (Sinterklaas) a Nueva York a finales del siglo XVIII. Esta tradición incluía dar dulces y regalos a los niños el 6 de diciembre.
A diferencia del Santa Claus actual, la versión holandesa montaba un burro y usaba un sombrero parecido al que usan los obispos. Otra diferencia es que los niños llenaban sus zapatos con paja y los dejaban fuera de la casa, para que el burro se alimentara.
Sin embargo, el Santa Claus que se conoce actualmente está basado en los dibujos creados por Thomas Nast en 1863, quien fundamentó su personaje en el poema "Una visita de San Nicolás" de Clement Clark Moore, publicado en 1823.
Pero la imagen que todos conocen actualmente, fue popularizada por Coca-Cola en su campaña publicitaria de 1931, la cual fue ilustrada por Haddon Sundblom.
Desde su debut el Santa Claus de Coca-Cola ha aparecido en comerciales de la marca en todo el planeta entregando juguetes, leyendo cartas y, por supuesto, tomando refresco.
También apareció en espectaculares vitrinas, pósteres, calendarios e infinidad de productos promocionales, que hoy en día son buscados por coleccionistas.
Hasta la fecha, Coca-Cola sigue usando imágenes de Santa Claus basadas en las pinturas originales de Sundblom, sin embargo, antes de ser pintado por el artista, usaba trajes de todos los colores, incluyendo blanco, verde y morado.
Por lo tanto, podría decirse que fue la bebida azucarada quien inmortalizó a Santa Claus como un hombre feliz y rechoncho, de barba blanca y con traje rojo.
Tras 90 años de publicidad con Santa viéndose como lo imaginó Sundblom, ya es imposible imaginárselo usando un color que no sea su característico rojo.
