Bombas de estruendo cayeron sobre la zona de los banquillos y produjeron un trauma acústico al cuarto árbitro del clásico del fútbol chileno -Universidad de Chile y Universidad Católica- lo que ocasionó la suspensión del encuentro.
El lanzamiento de bengalas sobre el campo de juego, el ingreso de las fuerzas de seguridad y la preocupación por los familiares de los futbolistas, hizo que tanto La U como la UC retirara a sus jugadores.
«Nuevamente, la delincuencia se hizo presente en el fútbol y el Cl fue suspendido en el minuto 31, en el estadio Ester Roa de Concepción. Una criminal descarga de fuegos artificiales cayó en la zona central del campo del juego, provocando un trauma acústico al cuarto árbitro Diego Flores, y de ahí no se jugó más», reseñó la prensa local.
Antes, el clima del partido tampoco fue tranquilo. El comienzo de las acciones estuvo marcado también por el lanzamiento de elementos pirotécnicos. Múltiples fuegos artificiales fueron lanzados en el sector sur del recinto y algunos cayeron a pocos metros de la ubicación de Cristóbal Campos. Francisco Gilabert, el árbitro del encuentro, optó por darle continuidad al Clásico, pero el ambiente ya se encontraba enrarecido.
En la cancha, el duelo fue creciendo en atractivo. Partió mejor la U, en su formato de juego, sin grandes luces, pero con alta consistencia. Los azules esperaron a la UC en la zona media de la cancha y, cuando manejaron el balón, generaron situaciones de ataque.
A los 15 minutos, el local llegó por primera a la portería defendida por Matías Dituro. Fue con un remate algo trabado de Nicolás Guerra y el arquero visitante no tuvo problemas para embolsar. Sin embargo, quedó claro que la U estaba mejor y podía acercarse con peligrosidad al área penal oponente.
Luego fue Leandro Fernández quien protagonizó otra maniobra de finalización. El argentino cabeceó un largo envío desde el costado izquierdo y el balón llego débilmente a las manos de Dituro. Tampoco el gol fue inminente, pero el local jugaba mejor.
La UC recién pudo inquietar algo, a los 29′, en una acción que no se concretó, aunque si así hubiese ocurrido Fernando Zampedri habría quedado en gran situación de anotar. Fue un centro desde la izquierda de Franco di Santo. Luego vinieron los incidentes, la suspensión del encuentro y el vergonzoso final del Clásico Universitario.