Portugal evaluará la implantación de una semana laboral de cuatro días, a la par que estudia nuevos modelos laborales, que incluyan trabajo presencial y a distancia.
El Gobierno socialista del primer ministro, António Costa, analiza el impacto de una propuesta presentada ante el parlamento por la agrupación política de izquierda, Livre. La administración de Costa deberá promover “un debate nacional sobre los nuevos modelos de organización del trabajo, incluida la semana laboral de cuatro días, como forma de promover una mayor conciliación entre el trabajo y la vida personal y familiar", reseña la iniciativa parlamentaria de Livre.
La semana laboral de cuatro días incluye los llamados “arreglos de trabajo alternativos”: Se trata de combinar el trabajo presencial (completo o parcial) con el trabajo a distancia o trabajo remoto. El teletrabajo es la nueva forma laboral que se volvió común debido al confinamiento por la pandemia del Covid 19.
Este modelo implicaría la reorganización del tiempo, tanto de los trabajadores como de los patronos. En muchos casos, los días en los que un empleado no vaya a la oficina, puede trabajar desde su casa u otra locación. Esto conllevaría a más horas laborales pues los trabajadores deben estar disponibles en caso de presentarse una llamada de emergencia.
El hecho de quitar un día presencial no significa que haya una reducción de la jornada laboral. De hecho, un empleado a distancia puede pasar más tiempo laborando que haciéndolo desde el lugar físico de trabajo pero lo hace en un ambiente familiar.
Los resultados preliminares sugieren que los beneficios potenciales incluyen un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal y un mayor bienestar sin costo alguno para la productividad de los empleados.