Claudia Goldin, profesora de la Universidad de Harvard, ganó el lunes el Nobel de Economía por sus estudios sobre la brecha de género en el mercado laboral.
El anuncio también fue un avance diminuto para cerrar la brecha de género del premio. Goldin es apenas la tercera mujer entre los 93 galardonados en la categoría de economía.
La experta ha analizado 200 años de participación de las mujeres en el mercado laboral, que muestran que pese al crecimiento económico continuado, los ingresos de las mujeres no se han puesto a la altura de los masculinos y la diferencia persiste aún, a pesar de que las mujeres han alcanzado niveles de educación más altos que los de los hombres.
“Siempre he sido una optimista. Pero cuando veo los números, creo que ha ocurrido algo en Estados Unidos, en la década de 1990 nuestra tasa de participación de mujeres era la más alta del mundo y ahora no es la más alta del mundo”, dijo Goldin a The Associated Press.
“Debemos dar un paso atrás y hacernos preguntas sobre (cómo) encajar la familia, el hogar, con el mercado laboral y de empleo”, dijo.
El trabajo de Goldin no ofrece soluciones, pero su investigación permite a los legisladores abordar el arraigado problema, indicó Randi Hjalmarsson, miembro del comité del premio.
“Ella explica el origen de la brecha, cómo ha cambiado a lo largo del tiempo y cómo varía con la fase de desarrollo. Y por lo tanto, no hay una única medida”, dijo Hjalmarsson. “Es una cuestión política complicada porque si uno no conoce el motivo subyacente, una medida concreta no funciona”.
Sin embargo, “al comprender por fin el problema y llamarlo por su nombre adecuado, podremos labrar una senda mejor hacia el futuro”, dijo Hjalmarsson.
Goldin, de 77 años, dijo a AP que lo que ocurre en los hogares refleja lo que pasa en el entorno laboral, donde las mujeres a menudo aceptan empleos que les permiten estar disponibles en casa, empleos que a menudo pagan menos.
“Las formas en las que podemos igualar las cosas o crear más igualdad en la pareja también llevan a más igualdad de género”, dijo.
Goldin tuvo que hacer una labor detectivesca para encontrar los datos necesarios para su investigación, señaló Hjalmarsson. Durante algunas épocas no se registraban estadísticas sistemáticas del mercado laboral, y cuando existían, faltaba información sobre las mujeres.
“De modo que, ¿cómo superó Claudia Goldin este desafío de los datos desaparecidos? Tuvo que hacer de detective para buscar en los archivos y encontrar nuevas fuentes de datos y formas creativas de utilizarlos para medir estos aspectos desconocidos”, explicó la académica.
Según el análisis de Goldin, el papel de una mujer en el mercado laboral y el salario que recibe no dependen sólo de cambios económicos y sociales generales. También se ven determinados en parte por sus decisiones concretas sobre, por ejemplo, cuánta educación recibir.
A menudo, las niñas toman decisiones sobre su trabajo futuro en función de la situación de sus madres, y cada generación “aprende de los éxitos y fracasos de la generación anterior”, indicó Hjalmarsson.
El proceso de evaluar las posibilidades conforme cambian los tiempos “ayuda a explicar por qué el cambio en las brechas de género en el mercado laboral ha sido tan lento”, señaló.
Goldin se mostró “sorprendida y muy, muy contenta” al saber que había sido premiada, dijo Hans Ellegren, secretario general de la Real Academia Sueca de las Ciencias, que anunció el premio en Estocolmo.
El comunicado seguía a los premios de medicina, física, química, literatura y paz, que se anunciaron la semana pasada.
El galardón fue establecido en 1968 por el banco central sueco y se conoce oficialmente como el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel.
Los ganadores del año pasado fueron el expresidente de la Reserva Federal estadounidense Ben Bernanke, Douglas W. Diamond y Philip Dybvig por su investigación sobre las quiebras bancarias que ayudó a formar la agresiva respuesta estadounidense a la crisis financiera de 2007 y 2008.
Fuente: AP