El ganador del Premio Nobel de la Paz, Muhammad Yunus, asumió el jueves como líder interino de Bangladés, tras un levantamiento que obligó a la ex primera ministra Sheikh Hasina a abandonar el cargo y huir a India. Yunus, reconocido por su labor en el desarrollo de microcréditos, se enfrenta ahora al reto de restaurar la paz y preparar nuevas elecciones en un país sacudido por semanas de violencia.
Una transición crítica
El presidente de Bangladesh, Mohammed Shahabuddin, quien ejerce un rol principalmente simbólico, administró el juramento a Yunus en el palacio presidencial de Daca. El evento contó con la presencia de diplomáticos extranjeros, miembros de la sociedad civil y empresarios, pero ningún representante del partido de Hasina estuvo presente.
El nuevo gabinete interino, compuesto por 16 personas, incluye a líderes de las protestas estudiantiles y figuras de la sociedad civil. La selección de estos miembros fue el resultado de intensas discusiones entre estudiantes, representantes civiles y el ejército durante la semana pasada.
Un país en crisis
El mandato de Hasina, que se prolongó por 15 años, comenzó a desmoronarse en julio cuando estallaron protestas contra un sistema de cuotas que favorecía a personas conectadas con su partido. Lo que comenzó como una manifestación contra la injusticia laboral rápidamente se transformó en un desafío masivo al gobierno, con más de 300 personas, incluidos estudiantes, asesinadas en medio de la creciente violencia.
Yunus, que se encontraba en París para asistir a los Juegos Olímpicos de 2024 cuando fue designado como líder interino, regresó a Daca bajo estrictas medidas de seguridad. A su llegada, destacó que su prioridad será restaurar el orden y unir al país. “Bangladesh es una familia. Tenemos que unirla”, afirmó.
Desafíos futuros
El hijo de Hasina, Sajeeb Wazed Joy, quien actúa como asesor de su madre, aseguró que tanto su familia como el partido Liga Awami seguirán activos en la política bangladesí, una declaración que contrasta con sus comentarios anteriores tras la renuncia de Hasina.
El martes, el presidente disolvió el Parlamento, allanando el camino para el nuevo gobierno interino de Yunus. En medio de estas tensiones, un tribunal de Daca absolvió a Yunus de un caso de violación de la ley laboral, una acusación que Hasina había utilizado para criticarlo en el pasado.
Ahora, Yunus enfrenta el desafío de liderar un país dividido y de preparar un entorno electoral que permita a Bangladesh avanzar hacia una nueva etapa de estabilidad política.
Con información de AP
