El presidente de Chile, Gabriel Boric, informó que la decisión de cerrar la planta Fundición Ventanas se tomó considerando los recurrentes casos de intoxicación presentados en la zona industrial de Quintero y Puchuncaví, a unos 140 km al oeste de la capital, Santiago.
"Existen cientos de miles de personas que viven en nuestro país expuestas al deterioro ambiental severo que hemos causado o permitido y que, como chileno, me avergüenza", aseguró el mandatario.
Desde el Palacio Presidencial de La Moneda, aseguró a las 350 personas empleadas de la fundición que ningún trabajador se quedará sin empleo porque irán a otras divisiones de la empresa sin menoscabo alguno. La medida se desarrollará en fases y tardará meses.
No es un dato menor que la decisión ocurrió luego de un nuevo episodio de contaminación del aire -el pasado 09 de junio- que afectó a 115 personas, en su mayoría escolares.
El evento, obligó al cierre de centros educativos, tal como se ha repetido desde hace décadas por la polución del lugar.
Quintero y Puchuncaví -dos localidades costeras que albergan unos 50 mil habitantes- son consideradas "zonas de sacrificio ambiental" desde que en 1958 el Gobierno local decidió relegar la pesca artesanal y la agricultura para convertir la zona en un polo industrial donde se levantan cuatro termoeléctricas a carbón y refinerías de crudo y cobre.
Fue la organización medioambiental Greenpeace quien calificó esta zona como el "Chernóbil chileno" luego de que, en 2018 -debido a un episodio grave de contaminación- unas 600 personas acudieron a centros médicos con vómitos de sangre, dolores de cabeza, mareos, parálisis de las extremidades y extrañas ronchas en la piel.