El famoso “pretty privilege” o en español conocido como el “privilegio de ser bonito” ha creado un tipo de cadena de superioridad en la sociedad contemporánea y funciona para obtener beneficios.
El psicólogo estadounidense Mark Travels, explicó cuál es la verdadera paradoja que envuelve este “privilegio” del que se habla poco pero que a menudo se convierte en el determinante para definir las interacciones sociales y profesionales de cualquier persona, y muchos otros aspectos de su vida.
«Los estándares e ideales creados y especialmente impulsados por las redes sociales se han convertido, casi, que en una lista de requisitos», explicó.
Sin embargo, el “Pretty Privilege” o el “privilegio de ser bonito” más allá de ser un beneficio en la vida. Realmente puede se ha convertido en un arma de doble filo para quienes lo usan en su diario vivir para conseguir lo que quieren.
Si los estándares de belleza cambian constantemente y están basados, la mayoría de las veces, en facciones eurocéntricas, es más que obvio que la mayor parte de la población no se ve beneficiada por este privilegio.
Janet Mock, autora y activista trans, escribió para Allure: “La belleza es la mayoría de las veces sinónimo con ser delgado, blanco, sin discapacidades, y cis, y entre más te acerques a dichos ideales, es más probable que seas percibido como bello y te beneficies de esto”.
Una “Bonita” Personalidad
Investigaciones revelan que la atracción física no solo abre puertas sociales, sino que también conlleva la percepción de una personalidad más agradable y competente.
Sin embargo, esta ventaja puede llevar a juicios superficiales y conexiones basadas en la apariencia física que no trascienden más allá de simples impresiones. Que impiden la creación de relaciones auténticas o conexiones sociales significativas.
La paradoja surge cuando la confianza que reflejan las personas que creen obtener todo con el “privilegio” puede interpretarse como vanidad. Esto los puede catalogar como personas narcisistas o egocéntricas que terminan siendo aisladas o apartadas de los círculos sociales.
Una Carrera «exitosa»
Las personas atractivas o socialmente consideradas “bonitas” tienden a ser más contratadas, promovidas y mejor remuneradas que el resto de trabajadores. Sin embargo, este privilegio puede desencadenar problemas con los grupos de trabajo quienes detectan la discriminación y se resiente el círculo laboral.
Las mujeres atractivas, en particular, enfrentan una disonancia cognitiva. Al intentar crear un equilibrio entre los beneficios y el desprecio en sus trabajos, lo que afecta significativamente su salud mental.
Cabe destacar que si los estándares de belleza cambian constantemente y están basados, la mayoría de las veces, en facciones eurocéntricas, es más que obvio que la mayor parte de la población no se ve beneficiada por este privilegio.
No es un dato menor que la belleza impulsada hoy día es sinónimo de ser delgado, blanco, sin discapacidades, y cis. Entre más te acerques a dichos ideales, es más probable que seas percibido como bello y te beneficies de esto.