En medio de la crisis política que vive Sri Lanka, miles de manifestantes marcharon a la oficina del primer ministro en la capital de la isla, Colombo, exigiendo su renuncia. El asalto a la oficina se produjo luego de que Ranil Wickremesinghe declarase el Estado de emergencia en el país y el Estado de excepción.
Diversos medios aseguran que el presidente interino no se encontraba en el edificio durante el asalto y su ubicación es de paradero desconocido desde que manifestantes incendiaron la semana pasada su residencia personal.
Estos acontecimientos se desarrollan cuando el presidente de la nación, Gotabaya Rajapaksa a pocas horas de anunciar su dimisión, nombró como mandatario interino al primer ministro, Ranil Wickremesinghe, después de abandonar el país con destino a Maldivas.
El presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abeywardhane, en declaraciones al diario Daily Mirror, aseguró que la decisión de Rajapaksa se basa en el artículo 37.1 de la Constitución, el cual contempla que, en caso de enfermedad, ausencia del país y otros motivos que le impidan ejercer sus competencias, el presidente puede nombrar al primer ministro para el cargo durante este periodo de tiempo.
Más tarde, en un mensaje televisado, el presidente del parlamento informó que “a raíz de su ausencia en el país, el presidente Rajapaksa me dijo que nombró al primer ministro para ejercer como presidente según la Constitución".
La policía esrilanquesa intentó dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos y otros medios disuasivos, como helicópteros de la Fuerza Aérea patrullando la zona sin éxito.
