Según confirmó El Periódico de España, los restos biológicos que se hallaron en las pruebas intravaginales practicadas a la víctima de violación del futbolista brasilero Dani Alves, derrumban las cambiantes versiones del deportista: efectivamente hubo una relación sexual entre ambos.
Según detalló el rotativo, en las pruebas se hallaron restos de semen en la vagina de la víctima y coinciden con el material genético de Alves, tomado por los agentes antes de su ingreso en prisión.
“Los Mossos d’Esquadra también recogieron restos de semen del lavabo donde el jugador habría abusado sexualmente de la denunciante y en la ropa de la víctima”, señala.
Hay que recordar que la misma noche del incidente en la discoteca Sutton de Barcelona, la joven acudió al Hospital Clínic y se le hizo un examen forense. Denunció que el futbolista “la puso contra el váter y la penetró de manera violenta».
Esta nueva prueba genética refuerza la versión de la agresión sexual que acusa la joven y expone aún más al futbolista.
Ante la denuncia, el jugador trató de regatear a la justicia –tal y como lo hace en el terreno de juego-: empezó diciendo que no había mantenido ninguna relación sexual, luego que sí, pero habían sido consentidas, y además detalló que “solamente” se trató de una felación. En resumen, Alves cambió cuatro veces su declaración.
Lo cierto es que, hasta el momento, el jugador sigue en prisión preventiva -por riesgo de fuga- desde el pasado 20 de enero y las evidencias lo complican cada vez más.
Alves parece quedarse solo al punto que se reveló un “pacto secreto con su esposa Joana Sanz” quien lo visitó días pasados en la cárcel. Sanz grabó un video que levantó polémica porque se la ve decidida a vivir su vida.