Jamie L. o M. E. Thomas es una abogada estadounidense que utiliza un seudónimo para hablar sobre su condición: la psicopatía. Su historia comenzó a revelarse cuando, siendo niña, su reacción ante un anuncio de televisión llamó la atención de su padre.
La imagen de un niño africano desnutrido con una mosca en el ojo no despertó en ella la compasión esperada. En lugar de sentir tristeza, comentó que el niño era «tonto» por no ahuyentar a la mosca.
Este momento fue uno de los primeros indicios de que Jamie carecía de empatía, una característica esencial en la definición de este trastorno de la personalidad.
El camino hacia la conciencia
A medida que crecía, Thomas continuó mostrando comportamientos que más tarde reconocería como propios de un trastorno de la personalidad. En su adolescencia, era común que participara en actividades violentas sin remordimientos, como golpear a sus compañeros de clase durante un juego.
Sin embargo, en ese momento, ella no se veía diferente a los demás, creyendo que simplemente era «más inteligente».
Fue en la universidad cuando por primera vez se le insinuó que podía ser sociópata. Una compañera de trabajo, al notar ciertos rasgos manipuladores y fríos en su comportamiento, le preguntó directamente si alguna vez había considerado la posibilidad.
Aunque al principio lo tomó como una curiosidad, investigó sobre el término y encontró que muchas de las características enumeradas por los expertos la describían a la perfección.
Un diagnóstico oficial
Después de años de dudas y sospechas, Thomas decidió buscar un diagnóstico profesional. Un psicólogo le confirmó que padecía un trastorno antisocial de la personalidad.
Sin embargo, recibir esta noticia no fue un shock para ella, sino una validación de lo que ya sospechaba. Lo difícil para Thomas no fue el diagnóstico en sí, sino aceptar que tendría que lidiar con este trastorno por el resto de su vida, sin una cura sencilla.
La lucha contra el estigma
Thomas ha dedicado gran parte de su vida a visibilizar su condición. A través de su blog «Sociopath World» y su libro «Confessions of a Sociopath», ha compartido su experiencia y ha intentado romper con los estigmas que rodean a los trastornos de la personalidad.
Sin embargo, esta visibilidad también le ha traído consecuencias negativas, como el despido de su trabajo como profesora de derecho debido a los temores de un alumno.
Un futuro sin juicios
Thomas aboga por un futuro donde las personas con trastornos de la personalidad, como la psicopatía, puedan ser aceptadas y no juzgadas por sus diferencias emocionales.
Reconoce que los psicópatas que cometen delitos deben ser castigados, pero insiste en que aquellos que no han infringido la ley no deberían ser perseguidos ni obligados a ocultar sus verdaderos sentimientos.
Su historia es un llamado a la empatía y a la comprensión, irónicamente, de una persona que carece de ese sentimiento. Thomas sueña con un mundo donde las personas con diagnósticos psiquiátricos puedan vivir sin miedo a ser juzgadas, donde puedan expresar sus emociones, o la falta de ellas, sin ser rechazadas por la sociedad.
Con información de BBC Mundo
