Tras el devastador terremoto en Turquía y Siria, se siguen consiguiendo sobrevivientes tapados bajo los escombros de los edificios, pero muchos de ellas sufren del llamado “Síndrome de aplastamiento” lo que puede provocar estrés postraumático y lesiones metabólicas.
Un enfermero del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) de Cataluña, Ramón Pedrosa, quien es además experto en asistencia a víctimas de enterramiento explicó que los servicios de emergencia o rescatistas tienen hasta siete días para perder la esperanza de conseguir a alguien con vida.
Pedro Cebador, otro experto del área, explica: “El ‘crash syndrome’, o síndrome de aplastamiento, se da cuando una persona queda confinada o sepultada y, a las cuatro o seis horas de estarlo, el organismo empieza a liberar toxinas, como hemoglobina o potasio, que pueden resultar nocivas y derivar en lesiones metabólicas, como insuficiencia renal, fallos respiratorios, y estrés postraumático”
Además afirma que una vez conseguidas estas personas, se les deben suministrar los primeros auxilios que no son solamente cuidar las heridas visibles sino tranquilizarlas y tratar de empatizar con ellas ya que su estabilidad emocional también está en juego.
Ambos expertos concuerdan que además de llevar rescatistas, un grupo de psicólogos debe estar al pie de cañón esperando para tranquilizar a las víctimas ya que ellos describen de ese momento como “un proceso de recuperación similar al de los soldados en una guerra”.
Pedrosa afirma que el primer paso al conseguir una víctima es identificar si es tratable, luego ser llevada a triaje para evaluar el siguiente paso en el que se le asigna una etiqueta de color que ayuda al equipo médico a priorizar los estados más graves.
Las etiquetas son de distintos colores como el negro, que significa que sus lesiones son incompatibles con la vida, es decir no hay nada que se pueda hacer. El siguiente nivel es el rojo cuyo color significa que la persona tiene lesiones muy graves que pueden llevar a una muerte inminente pero que puede ser salvada. Los dos siguientes escalones son el amarillo y verde, que indican que el paciente tiene lesiones leves y pueden esperar con el tratamiento.
Tras identificarlas con los colores, son llevadas a otro cuarto en el que se les administra oxígeno, se controla la hipotermia y se le suministra líquido endovenoso para hidratar el cuerpo. Luego de estabilizarlo es llevado a un hospital de campaña en el se determinará qué tratamiento seguir.
“Se dice que las personas pueden estar un día sin beber y una semana sin comer, pero la probabilidad de encontrar a las víctimas sepultadas con vida disminuye notablemente a partir de las 72 horas, aunque Naciones Unidas argumenta que factores como el acceso a hidratación de la persona sepultada o el material de la construcción de las viviendas pueden prolongar el período hasta los cinco o siete días” afirmó Pedrosa.
El especialista explica que en este caso se hace aún más complicado atenderlos ya que debido al conflicto en Siria el paso de comida y ayuda humanitaria está demorando más de lo que debería.