Dos hombres entraron al cementerio de Corsier-sur-Vevey en la madrugada del 1 de marzo de 1978 y profanaron la tumba de Charles Chaplin. Todavía no se había instalado la lápida en la tumba del mítico actor al momento del robo.
Los profanadores pasaron varias horas cavando en la tierra aún húmeda por las fuertes lluvias de esos días, cargaron el ataúd y se fueron sin tapar el hueco apostando a que la policía lo encontrara al día siguiente.
Por diez semanas estuvo desaparecido el cadáver. La policía suiza apoyada por Interpol buscaba a los autores del hecho entre miles de pistas falsas de bromistas que aseguraban tener el cuerpo en su poder. Once de esas llamadas se hicieron para amenazar a los hijos del actor.
Fueron diez semanas muy sacudidas por el macabro crimen que los dejó sin noticias todo ese tiempo. Nadie tenía respuestas.
Se consideró incluso, la teoría de que antisemitas habían sido los responsables del robo ya que Chaplin interpretó a Hitler en el filme de “El Gran Dictador”. Otra hipótesis fue que unos admiradores del artista exhumaron el cadáver para darle sepultura en Inglaterra, su país de origen.
Por una vez la realidad no superó la ficción. Se supo que el robo fue hecho por unos ladrones amateurs que pidieron rescate y regateaban el precio con los familiares. Al principio exigieron 600.000 francos suizos a su viuda Oona quien se negó a pagar argumentando que “mi marido hubiera encontrado toda esta situación ridícula”.
A medida que pasaba el tiempo, las exigencias monetarias para el rescate del cuerpo fueron bajando. Finalmente por 100.000$ americanos se llegó a los ladrones . Sin contar con que Oona había estado en contacto con los policías para atraparles, el plan no salió como estaba previsto y los funcionarios de seguridad terminaron atrapando a la persona equivocada.
Finalmente, identificados los autores, todos se hacían la misma pregunta ¿dónde está el cadáver? Los ladrones solo recordaban que lo habían enterrado “en un campo de maíz”. La lluvia había hecho que las plantas crecieran profusamente y, luego de varios días de búsqueda, la policía lo encontró en un campo de trigo a un kilómetro de la mansión de los Chaplin.
El paisaje fue tan hermoso que la viuda dijo inicialmente que era una pena sacar el cuerpo de ahí aunque luego decidieron moverlo a su lugar de sepultura original solo que esta vez lo cubrieron con concreto para evitar ser robado nuevamente.
