Los nuevos tiempos han traído consigo la tipificación de nuevos formas de enlaces que ofrecen una alternativa a las relaciones tradicionales y prometen evadir el compromiso.
El llamado de algún ex, un amigo con roce o de algún amante, en forma sorpresiva, con la finalidad única y pura de tener sexo, es una «llamada de botín».
Este tipo de relaciones no se asemejan al sexo casual debido a que en este caso conoces a la persona y existe una historia previa.
De acuerdo con la onda actual, que reduce el compromiso y enaltece las soledades, porque no es lo mismo estar solo, que «ser» solo, tener un listado de posibles candidatos con los que se pueda mitigar esa soledad y transformarla en un encuentro erótico, se convirtió en una tendencia.
Sin embargo, para que la estrategia de acercamiento repentino no llegue sin anestesia en algunos casos va precedida por pequeñas acciones que pueden ir abonando el terreno, como ‘likes’ en fotos o historias que la otra persona sube a sus redes sociales.
Por lo general, la interpretación pragmática de un ‘like’ se limita al ‘me gusta’, pero cuando aparecen de un momento para otro y después de haber tenido un contacto sexual previo, puede ser una señal que active el deseo.
La llamada de botín puede ser una opción para las personas que no están en pareja, aunque en algunos casos pudiera devenir en un compromiso estable. Todo puede pasar.
Sin embargo, este tipo de relaciones puede afectar a una de las partes del acuerdo; a veces aparece la confusión o incertidumbre. Lanzarse a vivir esta aventura es saber que la gratificación sexual es lo más importante.
«Estamos para pasarla bien o hasta que algo nuevo aparezca en la vida de cada uno» sería la máxima en este tipo de vínculos.
En estas relaciones la regla numero uno es la flexibilidad, no hay urgencias, ni dudas o postergaciones, ya que se entiende que se pueda estar ocupado en cualquier instante.
Esta forma de vincularse puede mantenerse por años, sin pretensiones, aunque no siempre es así, ya que el amor pudiera cambiar las reglas que se plantearon al inicio del juego.
Hay señales que encienden las alarmas como las llamadas frecuentes, el rechazo a los ‘no’ como respuestas, reproches, o querer saber más sobre la vida amorosa del otro.
Cuando aparecen estas señales, lo mejor es cortar, ya que no tiene sentido invocar a la angustia y generar un conflicto.