«La reanudación sin trabas de las exportaciones de petróleo venezolano tras la relajación de las sanciones por parte de EEUU marcará el cambio más significativo en los flujos mundiales de crudo en años», publicó la agencia Bloomberg, en un análisis.
Según la nota, la medida se produce en un momento en el que el suministro mundial de petróleo se ha estrechado «en particular para los grados de crudo similares al petróleo pesado venezolano».
Se espera que las exportaciones solo a EEUU aumenten desde el nivel diario actual de aproximadamente 116.000 barriles para saciar las refinerías de la Costa del Golfo, especialmente diseñadas para procesar el tipo de petróleo pesado y denso que produce Venezuela.
Hay que recordar que antes de las sanciones de 2019, Estados Unidos importaba medio millón de barriles diarios del miembro fundador de la OPEP. De hecho, Venezuela era la principal fuente de petróleo para los fabricantes de combustible de la Costa del Golfo.
Cabe destacar que la decisión de la administración del presidente Joe Biden de «relajar» las sanciones también significa un menor número de cargamentos desde el país caribeño hasta China (actualmente el principal destino del petróleo venezolano): «la producción de petróleo en Venezuela podría aumentar 25% mientras EEUU alivie sanciones», sentencia la nota.
Predicen que la producción puede aumentar rápidamente en 2024 (los más optimistas pronostican un incremento en solo seis meses).
La medida, que no llega a deshacer una prohibición de facto sobre las importaciones estadounidenses de petróleo de la nación, es temporal y depende de las promesas de celebrar elecciones libres el próximo año.
Las refinerías estadounidenses parecen ansiosas por adquirir más petróleo venezolano. Después de que la administración Biden permitiera a Chevron Corp. reanudar la producción de petróleo en Venezuela a finales del año pasado, varios fabricantes de combustible reanudaron las compras, entre ellos Valero Energy Corp, Phillips 66 y Marathon Petroleum Corp.
La excepción notable ha sido Citgo Petroleum, la rama estadounidense de refino de Petróleos de Venezuela SA, controlada por el Estado, que compraba cerca de 180.000 barriles diarios hace tan sólo cinco años.