Rusia acusó ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Ucrania es responsable de la destrucción de la presa de Kajovka, en el sur del país, y dijo que quiere que Naciones Unidas investigue lo ocurrido.
«El régimen de Kiev cometió un impensable crimen al hacer explotar la presa de la planta hidroeléctrica de Kajovka, resultando en una descarga incontrolada de agua en el río Dniéper», denunció el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia.
El diplomático acusó a las autoridades ucranianas de haber considerado ya el año pasado un ataque contra esta infraestructura, situada en un área bajo control de tropas rusas y lamentó que el Consejo de Seguridad no hiciese nada ante las advertencias de su país al respecto.
Efectivamente, Moscú trasladó una carta en octubre del año pasado a la ONU en la que denunciaba «planes del régimen de Kiev para destruir la presa» y, en particular, la posibilidad de «lanzar minas marinas aguas abajo por el río Dniéper o un ataque masivo con misiles».
Nebenzia defendió la tesis de que Ucrania optó finalmente por destruir la instalación por el incondicional apoyo de Occidente y su sensación de «impunidad» y consideró que la acción puede suponer un «crimen de guerra».
Según el embajador ruso, este «sabotaje» tendría dos objetivos: atraer la atención para facilitar el reagrupamiento de tropas ucranianas en un momento en el que -dijo- su contraofensiva no está avanzando y provocar «el máximo daño humanitario» a la población.
En declaraciones a los periodistas a su llegada a la reunión del Consejo de Seguridad, Nebenzia se mostró a favor de que la ONU investigue el incidente y recordó que su país ya buscó sin resultado que la organización internacional iniciase pesquisas sobre otros como el sabotaje del gasoducto Nord Stream.
El diplomático denunció además que se está viendo una «campaña de desinformación» en Occidente asegurando que Rusia fue quien destruyó la presa, cuando no tiene ningún motivo para hacerlo.
Por su parte, las autoridades de Ucrania han elevado a 40.000 las personas damnificadas por la destrucción de la presa de Nova Kajovka a orillas del río Dniéper, en la provincia de Jersón, en el sur del país.
Al menos 17.000 están siendo evacuadas de la zona controlada por Kiev, mientras que en torno a 25.000 residían en la orilla oriental del río, ocupada por las tropas rusas.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, explicó que una detonación destruyó el dique desde el interior de la infraestructura. “Los terroristas rusos no podrán detener a Ucrania ni con agua, ni con misiles, ni con nada”, subrayó el mandatario.
La inteligencia estadounidense se inclina a pensar que Rusia está detrás del ataque, según la cadena NBC News, pero un portavoz de la Casa Blanca declaró luego que Washington no puede afirmar “de forma concluyente” cuál fue la causa del suceso.
El gran estanque de refrigeración de la central nuclear de Zaporiyia está situado en el embalse ucranio de Kajovska, cuya presa reventó: está lleno y “tiene agua suficiente para varios meses”, informó el organismo de control nuclear de Naciones Unidas.
Breves de la guerra:
- Las ONG Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) condenaron en un comunicado el desastre ambiental y humano que supone la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka.
- La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó en Twitter que «Rusia tendrá que pagar por los crímenes de guerra cometidos en Ucrania». La presidenta parece asumir la autoría rusa de la supuesta voladura del dique del embalse de Kajovka
- El Ministerio de Exteriores de Rusia convocó al embajador de Bélgica en Moscú, Mark Michielsen, para protestar por el uso de armas de producción belga por parte de grupos que entraron en la región rusa de Bélgorod desde el territorio de Ucrania a finales de mayo.