Rusia atacó con misiles el puerto Mykolaiv en la ciudad de Odesa en Ucrania, tan sólo un día después de firmar una tregua, con el fin de permitir el traslado de cientos de barcos cargados de granos que se encontraban varados en el lugar, desde que se inició la guerra.
Serhii Bratchuk, portavoz de la administración militar en el sitio, señaló que pudieron identificar cuatro proyectiles, dos de los cuales impactaron en el puerto y dos fueron derribados por la fuerza aérea ucraniana.
La parlamentaria ucraniana Solomiia Bobrovska, se mostró afectada a través de las redes sociales en relación a los “acuerdos” con los rusos, cuyo bombardeo aleja aún más la ya remota posibilidad de mediación en el conflicto.
Como “indignante” calificó el hecho la embajadora de Estados Unidos en Ucrania, Bridget A. Brink, y aseguró que la medida va directamente en contra del derecho a la alimentación, por lo que el gobierno ruso deberá “rendir cuentas”.
Hasta el momento ningún delegado de Moscú se ha manifestado al respecto, pero previamente había insistido en que los barcos seguían detenidos en Odesa, debido a que el gobierno ucraniano había colocado minas en el Mar Negro.
Acuerdo roto
Con el bombardeo, Rusia rompió un acuerdo firmado este viernes en Estambul, que permitiría el transporte de granos por el Mar Negro hasta Turquía, y que se había concretado con la mediación de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y Ankara, como reportó La Mosca News
El pacto incluía el transporte de los barcos en un plazo no mayor de 120 días, la creación de un Centro Conjunto de Coordinación, con Ankara, Moscú, Kiev y la ONU, la inspección de entrada y salida para que las naves no lleven armas.
En paralelo, el país liderado por Putin y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) acordaron el viernes garantizar "sin trabas" los suministros rusos de productos agrícolas y fertilizantes, además de las materias primas para su producción, cuyo cumplimiento se verá comprometido por el bombardeo de Odesa.
En relación al bombardeo, António Guterres, secretario general de la ONU, condenó “inequívocamente” la acción rusa, como dio a conocer su portavoz Farhan Haq, calificando de “imperativa” la aplicación del acuerdo que firmaron las partes en Estambul.