Rusia no reanudará el suministro de gas a Europa a través del gasoducto Nord Stream, hasta que occidente levante las sanciones que pesan sobre el país euroasiático, impuestas como consecuencia de la guerra con Ucrania.
Así lo informó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien aseguró que estas medidas sobre el Estado que representa, han entorpecido considerablemente la operatividad de las empresas rusas, incluyendo a Gazprom, especialmente a la hora de realizar servicios técnicos, mantenimiento preventivo, e instalación de equipos.
“Las sanciones generan un desorden jurídico y práctico absoluto”, enfatizó el funcionario, y aseguró que los países más afectados por esta medida, como es el caso de Alemania y el Reino Unido, son dos de las naciones que se han apegado a las sanciones, a pesar de las consecuencias que generan dentro de sus territorios.
Recientemente se conoció que los problemas en el bombeo de gas se han intensificado, ya que muchos de los equipos de la energética rusa, requieren mantenimiento en países como Canadá, donde no se han podido ejecutar las mejoras en las infraestructuras rusas, a raíz de las sanciones.
Sin sorpresas
Autoridades de la Unión Europea también habían advertido sobre la posibilidad de que se cerrara por completo un suministro que ya se encontraba en 20% de su capacidad, e incluso señalaron que podría ser una medida de presión de Rusia a Occidente.
El portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer, dijo los primeros días de septiembre, que el anuncio de Gazprom de cerrar el gasoducto “bajo pretextos falaces” era otra confirmación de su falta de confiabilidad como proveedor, además de representar, según sus palabras, “prueba del cinismo de Rusia, ya que prefiere quemar gas en lugar de cumplir los contratos”.
Problema largo
El gas se había cortado en días pasados, por una falla de una turbina que requería mantenimiento, y ya el Servicio de Previsión Técnica de Rusia (Rostejnadzor) de Gazprom había alertado sobre las dificultades de seguir abasteciendo a Europa.
El mantenimiento de los equipos no sorprendió al viejo continente, que ya había sido notificado del mismo el pasado 19 de agosto, cuando representantes del gigante ruso, informaron sobre las acciones de mejora que se aplicaría en la única turbina operativa del gasoducto Trent 60.
Anteriormente, el 25 de julio, Gazprom alertó en sus redes sociales que reduciría las entregas diarias a Alemania por el gasoducto Nord Stream a 33 millones de m3 por la necesidad de mantenimiento de una turbina, lo que representó una baja de la mitad de su capacidad, recorte que nunca mejoró (pasó de 40% a 20%)
Igualmente, el 11 de julio la compañía Nord Stream AG anunció la suspensión del suministro de gas ruso a Europa debido a la parada programada de mantenimiento preventivo de este gasoducto, paralización que tuvo vigencia hasta el 21 de ese mes.
Adicionalmente, del 21 al 27 de junio no hubo flujo del mineral hasta el continente europeo por el gasoducto TurkStream, por mantenimiento programado, solo unos días después de que se había reducido el envío de suministro a Alemania.
La suspensión total del servicio por parte de Rusia, para que se levanten las sanciones, se dio a un día de que los precios del mineral se dispararon, y llegaron a los 284 euros por megavatio hora (MWh). Expertos aseguran que con este nuevo escenario, los valores seguirán subiendo.
