Cuando se habla de hidratación, la primera palabra que se asocia es ‘agua’, el vital líquido, sin embargo un estudio de la Universidad St. Andrews de Escocia demostró que el agua no era el mejor hidratante… y el whisky tampoco.
Los investigadores demostraron que el agua, con gas o sin gas, cumple sus funciones para hidratar al cuerpo, sin embargo, las bebidas con un poco de azúcar, grasa o proteína cumplían un mejor papel.
De acuerdo a Ronald Maughan, profesor de la Facultad de Medicina de St. Andrews y líder de la investigación, la razón tiene que ver con la forma de respuesta de nuestros cuerpos a estas bebidas.
El volumen de las bebidas, por ejemplo, es un factor determinante en la hidratación, ya que si un líquido se ‘vacía’ con mayor rapidez en el estomago, más rápido se absorbe por el torrente sanguíneo y más rápido se diluyen en el cuerpo.
Uno de los descubrimientos más sorprendentes reveló que la leche era mejor hidratante que el agua por la lactosa, algunas grasas y proteínas que ayudan a retrasar el vaciado del estómago y mantiene la hidratación durante un periodo más largo.
Las bebidas medicadas para tratar la diarrea, como las soluciones electrolíticas, gracias a las pequeñas cantidades de azúcar, sodio y potasio, promueven la retención de agua en el cuerpo.
Sin embargo, esto no significa que las bebidas azucaradas como los jugos de frutas o las cosas, sean precisamente la mejor opción para hidratarse. Todo lo contrario, este proceso sustrae el agua del cuerpo hacia el intestino delgado para diluir los azúcares de estas bebidas.
¿Y la cerveza?
La bebida a base de cebada actúa como un diurético, por lo que hace que orines más, sin embargo, a la hora de elegir una bebida alcohólica para hidratarte, la cerveza es la mejor opción, en contraposición con el whisky, ya que genera menos pérdida de agua, porque estás ingiriendo más líquido.
Con respecto al café, dependerá de la cantidad de cafeína que se ingiera. Una taza de café con 80 miligramos de cafeína puede ser tan hidratante como el agua.
Sin embargo, el café también tiene un efecto diurético por lo que tomar más de 300 miligramos puede provocar una excesiva pérdida de líquido.
