Según la cultura japonesa todos tenemos un ikigai que nos realiza como personas y contribuye al bienestar de nuestro entorno. Sin embargo, el ikigai no es un don ni un regalo sino una conquista que se alcanza con tiempo, introspección y honestidad.
El Ikigai es un concepto japonés que puede definirse como «la razón de vivir», y encontrarlo requiere de una búsqueda interior, profunda y a menudo prolongada.
Esta búsqueda se considera de mucha importancia, ya que se cree que el descubrimiento del propio ikigai allana el camino para descubrir el anhelado propósito de vida.
Este concepto abunda en los best sellers, conferencias y ejercicios, relacionados con ‘mindfulness’, desarrollo personal y motivación.
Estas cinco claves que pueden ayudarnos a comprender mejor la amplitud del significado ikigai.
1. El arte de envejecer siempre joven
El concepto ikigai se puede traducir como la felicidad de vivir siempre ocupado, de acuerdo a los escritores Héctor García y Francesc Miralles, autores del libro «Ikigai: Los secretos de Japón para una vida larga y feliz»,
Sin embargo, esta ocupación no tiene que ver con la hiper productividad sino mas bien con la pasión, la motivación y una vida de actividad plena que nos hace sentir enérgicos.
Según los autores, este estilo de vida activo explicaría la razón por la que en Japón se encuentra la mayor cantidad de personas centenarias del planeta. Aunque la alimentación, la vida al aire libre y el clima subtropical ayudan a alcanzar esta meta.
2. Un llamado a la acción lúcida
Aunque el ikigai puede parecer un concepto muy tranquilo, nada tiene que ver con eso. De hecho, parte de esta filosofía consiste en luchar pero hay que saber por qué y cuándo, y reservarse para ese momento.
Según García y Miralles, las luchas son bienvenidas porque «el ser humano no necesita una existencia tranquila, sino un desafío por el que desplegar sus capacidades y luchar y crecer».
Por que que debemos entender cuáles son las luchas que debemos aceptar y defender, y cuáles evitar ayuda a administrar la energía correctamente y a no usar en vano las reservas que el cuerpo destina a curarse y autogenerarse del desgaste cotidiano.
3. Una forma de mejorar el mundo
Tener un ikigai claro y definido, como una gran pasión, genera satisfacción, felicidad y significado a la vida a nivel individual. Pero, según los autores, el concepto también ayuda a sobrellevar la angustia espiritual, aquella que nos hace sentir que todo puede perder el sentido.
Según los expertos la manera en que el ikigai se relaciona con la espiritualidad se da a través de lo colectivo. Un ikigai siempre debe estar relacionado a una contribución a la comunidad que brindará un sentido de trascendencia que hace que nuestro paso por el planeta no sea en vano.
4. Un constante ejercicio de auto observación
De acuerdo a los autores, no hay ninguna receta mágica para conseguir vivir el propio ikigai pero hay dos cosas que nos pueden guiar: la auto observación y el sentido de fluidez.
A la hora de auto observarte desde un lugar de crecimiento personal y espiritual debes preguntarte:
– ¿Qué es lo que más me gusta hacer?
– ¿Qué actividades representan mis momentos más felices?
– ¿Cuándo pierdo la noción del tiempo?
Luego, debes detectar aquello que te hace sentir fluyendo en la vida, con ganas y sin obstáculos internos.
Aunque todos los oficios y actividades requieran un esfuerzo por aprender cosas nuevas, existe cierta forma de transitar ese proceso con entusiasmo que puede guiarnos hacia nuestro ikigai.
5. Una forma de vivir
El ikigai no se reduce solo a encontrar un propósito de vida y dedicarse a él sino que también implica armonizarlo con un estilo de vida que nos haga bien. Existe un poema tradicional que citan los autores de Ikigai: Los secretos de Japón para una vida larga y feliz que resume los principios del arte de vivir en ikigai.
Vida sana y ordenada
La comida, moderada
No abusar de los remedios
Buscar por todos los medios
No alterarse por nada
Ejercicio y diversión
No tener nunca aprehensión
Poco encierro, mucho trato
Y continua ocupación.