Sacerdote abusó por años de niños en Bolivia: las víctimas no podemos dormir con tranquilidad

Tras explotar un caso de abuso sexual en Cochabamba, Bolivia, cuyo agresor era el sacerdote jesuita Alfonso Pedrajas, quien fue director de un internado por años, algunas víctimas han salido a relatar su historia, para que «nunca más se repita». Uno de ellos es Pablo (nombre ficticio) entrevistado por la BBC.

Pablo guardó aquel secreto durante 42 años. Se dedicó a estudiar para convertirse en el primer bachiller de su familia. Luego se graduó en ingeniería, se casó y tuvo hijos. Sin embargo, todo cambió cuando su esposa le hizo la pregunta que siempre había intentado evadir: “¿A ti te pasó esto?”, señala el medio británico.

Respondió con evasivas, pero cuando su hermano le hizo la misma pregunta, sintió que ya no podía escapar del fantasma del padre “Pica”.

El diario del padre «Pica» y los abusos revelados

La pregunta surgió a raíz de un reportaje titulado “Diario de un cura pederasta”, publicado por el periodista Julio Núñez en el periódico español El País a finales de abril de 2023. La publicación recogía las anotaciones personales de Alfonso Pedrajas, un sacerdote jesuita conocido como el padre “Pica”, quien había sido director del Colegio Juan XXIII en la ciudad de Cochabamba.

Pedrajas, en su diario, confesaba haber abusado de numerosos menores durante su tiempo en el colegio. “El mayor fracaso personal: sin duda, la pederastia”, escribió. “Hice daño a mucha gente (¿a 85?), a demasiados”. Pedrajas también afirmaba haber informado de sus acciones a varios superiores, quienes nunca tomaron medidas para detenerlo.

La confesión de Pablo y la reacción pública

Cinco meses después de resistirse a contar la verdad, Pablo le confesó a su esposa que Pedrajas había abusado de él desde los 11 hasta los 13 años. “Yo pensaba que era el único, que me había pasado solo a mí”.

La publicación del diario de Pedrajas hace un año desató un escándalo. La Fiscalía departamental de Cochabamba abrió una investigación contra 23 religiosos de la Compañía de Jesús, mientras que el papa Francisco envió a Bolivia a Jordi Bertomeu, su mano derecha en la gestión de casos de pederastia dentro de la Iglesia católica.

Alfonso Pedrajas, sacerdote jesuita conocido como el padre “Pica”, quien confesó en su diario haber abusado sexualmente de unos 85 menores (Foto: BBC)

El presidente boliviano, Luis Arce, condenó las “conductas aberrantes” y pidió al Pontífice acceso a toda la información referente a estas denuncias.

La comunidad de sobrevivientes y las demandas de justicia

En abril pasado, un año después de la publicación del diario, Pablo se unió a la Comunidad Boliviana de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesial, una asociación de víctimas que exige justicia y reparación por los crímenes cometidos por sacerdotes jesuitas en Cochabamba.

Según el grupo, hay más de 400 afectados en el Colegio Juan XXIII, que fue fundado en 1966 y cuyo internado fue clausurado en 2008, una decisión interpretada por algunas víctimas como una maniobra para encubrir los abusos.

La investigación en curso y el futuro de la iglesia

El fiscal boliviano, Mario Durán, informó que el Ministerio Público investiga a siete sacerdotes y espera información del Vaticano para contrastar las evidencias.

Aunque no se siente preparado para revelar su verdadera identidad, Pablo conversó con BBC Mundo sobre los abusos que sufrió en el Colegio Juan XXIII a manos del padre Pedrajas. “Lo hago por mí mismo, por mis hijos y por mis padres, que confiaron en esta instancia educativa”.

Pablo relató cómo el colegio, que inicialmente parecía un sueño, se convirtió en una pesadilla. Los abusos comenzaron poco después de su llegada al colegio y continuaron durante dos años.

La dualidad entre el orgullo de haber sido seleccionado para estudiar en un prestigioso internado y la vergüenza de los abusos sufridos marcó su vida.

La lucha por la sanación y la justicia

Pablo finalmente encontró el valor para hablar, motivado por la traición a la confianza de sus padres y el deseo de proteger a sus hijos. “Cada vez que lo digo, siento que me libero de un gran peso de encima. Hay que trabajarlo, quizás toda la vida”.

El testimonio de Pablo y la labor de la Comunidad de Sobrevivientes son pasos importantes hacia la justicia y la reparación de las víctimas. La investigación continúa, con la esperanza de que los responsables sean finalmente llevados ante la justicia y que nunca más se repitan estos abusos.

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