El sacerdote Lawrence Kozak, de 51 años, enfrenta cargos de robo y otros delitos relacionados. ¿La razón? Utilizar una tarjeta de crédito parroquial para gastar más de 40.000 dólares en juegos de teléfonos móviles, incluyendo el popular Candy Crush y Mario Kart.
El escándalo ocurrió en la comunidad de Pottstown, Pensilvania, en Estados Unidos.
El sacerdote robó los miles de dólares por ludopatía
La historia del sacerdote católico ha dejado perplejos a muchos en la localidad. Durante tres años, el reverendo Kozak sucumbió a la tentación de los juegos adictivos, gastando una suma considerable en entretenimiento digital.
La investigación reveló que este gasto desmedido se realizó a través de una tarjeta de crédito parroquial.
El descubrimiento del delito
La revelación de este acto delictivo se produjo durante una revisión rutinaria de las finanzas de la parroquia St. Thomas More en 2022. Un contador descubrió una serie de operaciones inusuales en los estados de cuenta de las tarjetas de crédito parroquiales, lo que llevó a una investigación más profunda.
Los fiscales del condado de Chester descubrieron una «cantidad astronómica de transacciones de Apple» que se extendían desde la llegada del reverendo Kozak en septiembre de 2019 hasta julio de 2022. Esto condujo al descubrimiento de que Kozak había usado fondos parroquiales para su beneficio personal.
Una batalla personal contra la adicción a los videojuegos
Cuando se le confrontó, el sacerdote explicó que estos fondos no se utilizaron para jugar en el sentido tradicional, sino para obtener ventajas competitivas dentro de los juegos. Kozak argumentó que seleccionó accidentalmente la tarjeta parroquial en su teléfono, donde se almacenaban para transacciones legítimas asociadas con la iglesia.
El reverendo compartió con los investigadores su lucha personal contra una adicción a los juegos en línea. Expresó su decepción por su falta de control sobre sus acciones y su descuido en el manejo de los fondos parroquiales, informó Infobae.
El impacto de la ludopatía
La adicción a los videojuegos es una preocupación creciente en la sociedad moderna, afectando a personas de todas las edades. Este desorden del comportamiento se caracteriza por un uso compulsivo y excesivo de los videojuegos, que puede interferir gravemente con la vida cotidiana.
Aunque jugar videojuegos no es intrínsecamente dañino, su abuso puede tener consecuencias severas en la salud mental y física. La adicción a los videojuegos puede estar relacionada con la necesidad de escapar de la realidad, el alivio del estrés o la búsqueda de recompensas inmediatas.