Kassem Abu Zeed tomó el primer vuelo de Alemania a Grecia después de enterarse de que su esposa y su cuñado estaban a bordo de un barco de arrastre atestado de migrantes que naufragó en el mar Mediterráneo.
Mientras los barcos de rescate salían el jueves en busca de cientos de personas desaparecidas en la tragedia, los familiares de los migrantes se reunieron en el puerto de Kalamata, en el sur de Grecia, en busca de sus seres queridos.
“La última vez que hablamos fue hace ocho días y ella me dijo que se estaba preparando para abordar”, dijo Abu Zeed a The Associated Press el jueves. “Le pagó 5.000 dólares” a los traficantes. “Y ya todos sabemos lo que pasó”.
Abu Zeed, un refugiado sirio de 34 años que vive en Hamburgo, dijo que Esra Aoun, de 21 años, y el hermano de ella Abdullah, de 19, se arriesgaron a cruzar la peligrosa zona de Libia a Italia en un arrastrero maltrecho después de no hallar una manera legal de unirse a él en Alemania.
Las posibilidades de que ella haya sobrevivido al naufragio en que murieron al menos 78 personas, son pocas. Una enorme operación de búsqueda y rescate que involucró a una docena de barcos y tres aviones no encontró sobrevivientes desde su fase inicial el miércoles por la mañana, cuando 104 personas fueron rescatadas.
Ninguno de los supervivientes son mujeres. Abu Zeed espera que Abdullah pueda estar entre los hombres de Siria, Egipto, Pakistán y los territorios palestinos que se alojan temporalmente en un almacén de Kalamata o se recuperan en hospitales de hipotermia y congelación.
“Las posibilidades de hallar (más sobrevivientes) son mínimas”, lamentó el almirante retirado de la guardia costera griega, Nikos Spanos, a la televisión estatal ERT.
Las autoridades temen que cientos de personas, entre ellas muchas mujeres y niños, hayan quedado atrapadas debajo de la cubierta cuando el atestado arrastrero naufragó durante la noche en aguas profundas a unos 75 kilómetros (45 millas) de la costa.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) —agencia de Naciones Unidas— estimó que la embarcación transportaba entre 700 y 750 personas, incluyendo al menos 40 niños, según entrevistas con sobrevivientes. Eso podría convertir al naufragio en uno de los más mortíferos registrados en el Mediterráneo central.
Erasmia Roumana, jefa de una delegación de la agencia de refugiados de Naciones Unidas, dijo que los sobrevivientes se encuentran conmocionados.
“Quieren ponerse en contacto con sus familias para decirles que están bien y siguen preguntando por desaparecidos. Muchos tienen amigos y parientes desaparecidos”, añadió Roumana.
Mohamed Abdi Marwan, que habló por teléfono desde Kobani, una ciudad de mayoría kurda en el noreste de Siria, afirmó que cinco de sus familiares estaban en el barco de arrastre, entre ellos un niño de 14 años. Marwan dijo que no ha sabido nada de ellos desde que el barco se hundió.
Cree que su sobrino Ali Sheikhi, de 29 años, está vivo, después que familiares lo reconocieran entre las fotos de los sobrevivientes, pero no ha sido confirmado.
Grecia declaró tres días de luto y un fiscal de la Corte Suprema griega ordenó una investigación.
Fuente: AP