La uruguaya Valentina Paz, del Instituto de Psicología Clínica de la Facultad de Psicología de la Udelar, junto con científicos del Hospital General de Massachusetts y de la Universidad de Harvard informaron que el cerebro humano se encoge a medida que la persona envejece: 0,2% luego de los 35 años y 0,5% luego de los 60, y la siesta es un remedio natural para «enfrentarlo»
«La pérdida de memoria, la menor velocidad de reacción y un peor desempeño en varias tareas pueden venir aparejados con este envejecimiento que puede afectarse positivamente si cada día se toma una siesta breve de unos diez a 15 minutos, publicó la prensa local que celebró el éxito de su coterránea.
“Después del almuerzo, cuando hacemos la digestión, sería un buen momento para esa siesta, cosa de hacerlo lejos de la noche y no impactar al sueño nocturno”, detalló Valentina.
La científica explicó que llegaron a los resultados luego de realizar un metaanálisis de 56 estudios longitudinales de resonancias magnéticas en el que encontraron que había una “asociación entre la siesta diurna habitual y un volumen cerebral total más grande”.
De hecho, comunicaron que, en promedio, las personas que dormían siesta habitualmente tenían el cerebro 15,8 cm³ más grande que quienes no lo hacían. El promedio del tamaño del cerebro en las 378.000 participantes en el estudio fue de 1.487 cm³, por lo que estos 15,8 cm³ implican poco más de 1%.
“Ya estudios previos habían mostrado que en general dormir siestas cortas, de cinco o 15 minutos, máximo 30, tiene un efecto re energizante, y después de esa siesta las personas se desempeñan mejor cognitivamente”, explicó Valentina.
Nos pusimos el desafío de ver cómo podíamos aportar a desentrañar qué es lo que está pasando con la siesta y la salud cerebral. Además, al ver que las personas que duermen siesta frecuentemente tienen el cerebro 15,8 cm³ más grande, nos está diciendo de alguna manera que sus cerebros son más saludables.
«No es que dormir siesta agranda tu cerebro, sino que parece protegerlo», dijo.
La investigadora subrayó que naturalmente la mayoría de los niños menores de tres años duermen siesta (80% de uno a dos años y 65% de tres años), pero la siesta es menos común durante la edad escolar (12,7% de 6-13 años) y en la adultez (13,7% de 26-64 años). La siesta vuelve a aumentar en los adultos mayores; la hace el 27 % de los mayores de 65 años.