El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, compartió este martes durante una rueda de prensa en el Consejo de Seguridad de la ONU, su desacuerdo con respecto a la renovación del llamado ‘’acuerdo del grano’’ entre Rusia y Ucrania, que permite exportar cereal y otros productos agrícolas por un corredor seguro en el mar Negro.
El canciller ruso criticó que menos del 3% de los granos en los puertos ucranianos fue destinado a los países pobres mientras que más del 80% llegó a países de renta media o alta. Además, hizo énfasis en que hubo ‘’un intento de colegas ucranianos de crear una acumulación artificial de buques, por lo que el régimen ucraniano aceptó sobornos’’.
Además, señaló que hay decenas de barcos rusos que se encuentran bloqueados en algunos puertos europeos, lo que representa casi 200 millones de kilogramos de fertilizantes bloqueados.
El diplomático también reconoció los esfuerzos que el secretario general de la ONU, António Guterres, hace por ayudar a las exportaciones rusas, que sufren por las sanciones impuestas en los países occidentales a las compañías rusas y su prohibición en el sistema SWIFT internacional de pagos.
‘’Esto no es serio. Si quieren una solución sistémica al problema de los alimentos en los mercados mundiales, entonces basta con que nuestro banco vuelva a entrar en el sistema SWIFT, pero si quieren que nosotros y el secretario general de la ONU vayamos por ahí rogando a una u otra entidad financiera estadounidense que sea magnánima, eso no puede funcionar ni funcionará’’, señaló.
Lavrov no le dio importancia a las sanciones impuestas contra el país liderado por Vladimir Putin, tras la invasión de Ucrania, y alegó que su país está siendo capaz de ‘’desarrollar su propia economía y servirse de sus propias fuentes sin la dependencia artificial del dólar’’.
El pasado 6 de abril, el presidente ruso Vladimir Putin consideró la posibilidad de suspender su participación en el acuerdo de exportación de grano ucraniano a través del Mar Negro, debido a que se obstaculiza la venta de productos agrícolas rusos.
El Gobierno del Kremlin denunció que la exportación de sus fertilizantes no se lleva a cabo según lo establecido en el acuerdo, pues los envíos se topan con presuntos obstáculos en el camino como la financiación, la logística o las formas de transporte.