Este lunes la policía de Corea del Sur reconoció que “no se dedicaron medidas especiales relacionadas al control de personas”, en la tragedia ocurrida en el callejón del barrio Itaewon, en el que perdieron la vida más de 150 personas durante una estampida humana, como informó un alto funcionario del cuerpo policial.
"Estaba previsto que se reuniera allí un gran número de personas. Pero no esperábamos que se produjeran víctimas a gran escala debido a este hecho" dijo Hong Ki-hyun, jefe de la Oficina de Gestión del Orden Público de la Policía surcoreana.
Según Hong, el número de personas congregadas era similar al de otros años, o un poco más elevado, aunque no pudo confirmar si el ritmo al que comenzaron a reunirse era más alto que en años anteriores, y dijo que los agentes en la zona "no detectaron un aumento repentino de la multitud".
El pasado sábado las celebraciones de Halloween en el centro de Seúl dejaron al menos 146 personas fallecidas y miles resultaron heridas, en una estampida humana ocurrida durante una fiesta de Halloween en el barrio de Itaewon.
Cientos de personas quedaron atrapadas, algunas durante más de una hora, y como resultado muchas de ellas, en su mayoría jóvenes, perdieron la vida asfixiadas.
Según las cifras actualizadas por el Mando de Desastres y Contramedidas de Emergencia del país, de las 154 víctimas mortales, 26 eran extranjeros. Aún persisten 33 personas heridas de gravedad y 116 heridos más leves.
Sin embargo, Hong señaló que estaban dispuestos más oficiales policiales que en los años anteriores, aunque su labor estaba destinada a evitar ilegalidades como la venta y consumo de drogas, y a gestionar el tráfico rodado.
La Policía surcoreana planea ahora crear una serie de medidas complementarias para determinar el grado de intervención del sector público, en caso de que una situación similar se produzca de nuevo.
