Matthias Smetana, copropietario del novedoso emprendimiento, explicó que «buscaba una experiencia más innovadora para personas que se sintieran atraídos por un entorno libre de presiones».
“Tenemos muchas personas que nunca han estado en contacto con el trabajo sexual, que están realmente dispuestas a intentarlo, pero buscan un espacio seguro. En Cybrothel, se trata de juguetes sexuales y no experiencias humanas», aseguró Smetana,
De acuerdo con The New York Post, Alice Child, una sexóloga somática, coincididió en que las experiencias de Cybrothels podrían ofrecer un espacio seguro para que las personas exploren su sexualidad.
Sin embargo, la educadora advirtió que esto «no podrá reemplazar la intimidad humana» y esto no es una buena forma de evitar la ansiedad. «Un lugar sin juicio es un lugar sin vulnerabilidad, y el sexo es inherentemente vulnerable».
Además, la experta aseguró que evitar el contacto humano a largo plazo podría traer efectos nocivos para la sexualidad de una persona y afectar su capacidad de vivir experiencias reales con alguien.