Uno de los más devastadores de los últimos años, así califican los expertos el terremoto que sacudió a Turquía el pasado lunes y que ha dejado hasta ahora más de 11.200 personas fallecidas.
La magnitud del sismo que en tan sólo 30 segundos acabó con gran parte del país, pudiera tener muchas explicaciones. La unión de muchos factores hizo que este hecho se convirtiera en un desastre de mayor magnitud.
Según un trabajo publicado por BBC, la combinación de la intensidad del sismo, su profundidad, su localización geográfica, el tipo de falla que lo generó, su longitud o la potencia de las réplicas, magnificaron la tragedia.
El trabajo refiere siete razones específicas reforzaron la gravedad.
1-La magnitud
Mientras la gente dormía se sintió el primer sismo el lunes cerca de Gaziantep (Turquía) de magnitud 7,8, la magnitud más grande registrada desde que se miden los terremotos, fue la del que tuvo lugar en Chile en 1960, que alcanzó 9,5.
El geofísico chileno Cristian Farías, asegura: «la magnitud es como si vas a un concierto y la banda está tocando con un volumen fijo. Obviamente es el volumen que ellos ponen y es uno solo, igual que el terremoto solo tiene una magnitud».
La intensidad es el factor fundamental en estos eventos.
2-El grado
Durante el terremoto, varios puntos en Turquía, en torno a las ciudades de Osmaniye, Kahramanmaras, Adiyaman o Malatya, registraron una intensidad IX, que se considera muy destructiva e implica, por ejemplo, un daño severo de edificios y derrumbes.
La escala se mide en números romanos y va de I a XII.
3- El terremoto posterior
Luego del primer terremoto de 7.8 se sintió un segundo de 7.5, lo habitual es que las réplicas sean de menor intensidad, pero este no fue el caso.
Esto es algo que solo suele ocurrir en el 10% de los casos, el estado de fragilidad en el que habían quedado muchos edificios contribuyó a nuevos derrumbes con el siguiente sismo, aumentando la tragedia.
4- La profundidad
Según los científicos fue un terremoto superficial, ya que se produjo a tan solo 18 kilómetros de profundidad en la corteza terrestre.
Sin embargo, las vibraciones que salieron del terremoto no perdieron la suficiente energía antes de llegar a la superficie, y eso provocó una agitación extrema en la zona de muchos edificios.
5- La falla de 150 kilómetros
El tamaño de la falla, de 150 kilómetros de largo por 25 kilómetros de espesor, fue otro de los factores que contribuyeron a la destrucción.
Un especialista entrevistado en BBC señala que esta vez la falla fue “muy, muy larga y muy delgadita, lo que significa que de verdad toda la energía se concentró en las partes superficiales, y eso siempre es muy complicado para cualquier construcción”.
6- La falla transcurrente
El tipo de falla que se generó en el terremoto de Turquía y Siria, conocida como falla transcurrente (o strike-slip) también contribuyó a aumentar la destrucción.
La forma en la que se produjo este sismo, con una falla transcurrente, añadió a su devastación.
7- El tipo de construcción
La capacidad de los edificios para resistir los sismos fue clave, ya que el tipo de construcción influyó en el desastre.
En Turquía y en Siria muchos edificios no se adecuan a la normativa antisísmica.