Aún los expertos no se explican cómo, un tiburón de 400 años aproximadamente y cuyo hábitat natural son las aguas heladas del océano Ártico, apareció en los arrecifes de Belice- costa caribeña de Centroamérica.
Su aparición además de ser un enigma ha despertado un interés en los científicos quienes aseguran que este podría ser el primero de su especie en aparecer en estas aguas.
Incluso ya inició un estudio en la Universidad Internacional de Florida para determinar el inusual hallazgo, ya que existe una enorme distancia entre el hábitat del tiburón y el punto de las aguas cálidas de Belice donde fue localizado.
Lo que se busca principalmente es conocer su conducta migratoria y así saber si hay posibilidad de que otro tiburón llegue hasta esas costas.
El animal capturado es un ejemplar medio ciego que se alimenta de cadáveres de osos polares, una especie que sobrevive durante cientos de años.
Tras una consulta con el Departamento Investigación de Conservación de Tiburones y Rayas en Mote Marine Laboratory Aquarium, en Boca Grande, en el estado de Florida, se determinó que de acuerdo a las fotos recibidas se trata de un ejemplar de la familia del tiburón de Groenlandia o Somniosus microcephalus.
Sin embargo, también pudiera ser un híbrido entre el tiburón de Groenlandia y el tiburón durmiente del Pacífico (Somniosus pacificus).
Los tiburones de Groenlandia siguen siendo un enigma para la ciencia aunque se sabe que prefieren las aguas heladas del océano Ártico.
Una primera hipótesis para explicar su presencia en el Caribe apunta a que los tiburones de Groenlandia podrían estar rastreando las profundidades del océano en todo el mundo.
Para intentar descifrar el enigma uno de los principales expertos mundiales en tiburones de Groenlandia, el profesor asociado de biología de la Universidad de Windsor, el británico Nigel Hussey, envió a los investigadores de la Universidad en Florida un equipo de cuatro dispositivos de seguimiento a través de satélite para, en caso de nuevo hallazgo poder determinar su trayectoria.