La pornografía ha creado una fantasía sexual con respecto al «squirt» y aunque ahora está «de moda», se tienen registros de ella desde que el médico Hipócrates en el siglo IV a. C. habló del semen femenino.
En la principal página de pornografía -Pornhub- hay más de 200.000 videos sobre «squirting» o cómo lograr un squirt, según publicó El País.
La sexóloga Almudena M. Ferrer explicó a este medio de comunicación, que el squirting muchas veces se confunde con la eyaculación femenina pero que son dos cosas totalmente diferentes, tanto por la composición como por los mecanismos y órganos que las producen.
«El primero es la expulsión de un líquido diluido desde las glándulas de Skene y que contiene urea, ácido úrico y creatinina, mientras que la eyaculación femenina es la liberación de un líquido blanquecino, espeso y escaso desde la llamada próstata femenina» aclaró.
Las dos se pueden producir sin necesidad de alcanzar el orgasmo. En el sexo siempre se han impuesto metas para encontrar el clímax. Hace unos años era encontrar el punto G y ahora es el squirt.
La sexóloga, socióloga y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS), Norma Ageitos Urain, asegura que “se han generado muchos fantasmas alrededor de esta cuestión cuando solo es una reacción fisiológica del cuerpo. Además, ha puesto presión sobre la mujer a la hora de tener una relación sexual porque muchas veces sus parejas buscan replicar lo que han visto en el porno, y eso es imposible”.
El director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología, Francisco Cabello cuenta al mismo medio El País, que empezó sus estudios sobre el squirt en 1993 preocupado porque mujeres españolas lo confundían con las ganas de orinar, con lo que muchas veces reprimían sus propios orgasmos.
La actriz de pornografía colombiana Amaranta Hank, de 31 años, no tuvo su primer squirt hasta que llegó la pandemia y tuvo tiempo para hacer algo que casi nunca había podido hacer: explorar su cuerpo en solitario y disfrutar con él.
Empezó a trabajar en OnlyFans y, con la ayuda de sus juguetes sexuales, mucha paciencia y dedicación lo pudo lograr sin necesidad de falsearlo como había hecho durante tantos años en los rodajes. “Necesitas llegar a un nivel muy alto de excitación y que no haya distracciones, pero cada cuerpo es un mundo y a todas las mujeres les funcionan cosas distintas”, aclaró.
Las reacciones sexuales, el erotismo y el conocimiento del cuerpo propio -y disfrute del otro u otros- tiene muchos más matices que el mocromático que presenta la pornpgrafía, casi en su totalidad.