Suecia comenzó a quemar petróleo para generar energía eléctrica, frente a la suba histórica del servicio, generada por la escasez de energía eólica, y las interrupciones en centrales nucleares que habían amenazado con dejar sin luz a las poblaciones del sur del país.
El proceso, que es uno de los métodos de generación de energía más contaminantes del mundo, se está realizando en la central de Karlshamn, construida en los años 70, y que tiene la capacidad para quemar fuel-oil pesado.
La información fue dada por medios internacionales, que señalan que las quema de combustible ha tratado de moderarse sin mucho éxito, y la planta termoeléctrica donde se está haciendo la combustión del crudo, ha estado funcionando entre 30% y 45% de su capacidad de 662 megavatios.
Se estima que la planta está consumiendo alrededor de 9.000 barriles en 24 horas, lo que representa un consumo por hora de entre 50 y 70 toneladas, como publicó el portal web de noticias, Bloomberg
Según un operador Uniper SE, la combustión tiene semanas realizándose, pero esto no ha detenido el alza de los precios de la electricidad, que alcanzó este miércoles un récord histórico en el sur de Suecia, que se disparó hasta 51% en una subasta de Nord Pool ASA.
Ecología versus crisis
Suecia es uno de los países con el desarrollo de energía más ecológicos de toda la región, y su lucha para crecer en este aspecto ha sido aplaudida por vecinos y ecologistas, por lo que la necesidad de quemar petróleo representa un retroceso en su política pública, y se observa como una alarma que evidencia la magnitud de la crisis en Europa.
El portal web Hive Power señaló que la energía eólica, en 10 años, pasó de aportar el 0,01% del consumo total, a ser la fuente responsable del 15,96%, un número que aunque parece poco, pero que ubicaba a Suecia entre los países más ecológicos de Europa.
Además de eso, en 10 años la nación pasó de tener 500 unidades de vehículos de pasajeros eléctricos, a completar las 4.000, además de instalar 13.700 estaciones de carga pública para las flotas, después de tener tan solo 500. Esta situación generó un descenso de la intensidad de carbono de 0,03 kg/kWh entre 2010 y 2020.
Suecia necesita alrededor de 133.50 millardos kWh al año para satisfacer su demanda interna. Se estima que el consumo por habitante es de unos 12,817 kWh. Antes de la crisis el país no solo podía autoabastecerse, sino que era capaz de exportar el recurso.