La subdirectora del Servicio Nacional de Migración de Panamá, María Isabel Saravia, informó que en el autobús siniestrado donde perdieron la vida 40 personas y resultaron heridas más de 20, había 66 extranjeros, entre ellos cubanos, colombianos, brasileños, ecuatorianos y africanos.
El accidente resultó al caer el autobús por un precipicio en la provincia occidental de Chiriquí, a unos 450 kilómetros de la capital panameña. La unidad trasladaba a migrantes indocumentados hacia un albergue cerca de la frontera con Costa Rica.
Hasta el momento la cancillería de Panamá sólo informó el número de los extranjeros e indicó que provenían de Brasil, Ecuador, Colombia y Cuba. No se conoce cuántos de ellos sobrevivieron a la tragedia.
Los ministerios exteriores de Panamá, Colombia y Cuba expresaron sus condolencias a los familiares de las víctimas.
Entre los heridos hay una decena de niños de entre 5 y 11 años, tres de los cuales se encontraban en condición crítica en el hospital infantil de la ciudad de David, capital de Chiriquí, según explicó el director médico de la institución, Johny Parra.
La especialista de protección en emergencias de Unicef, Diana Romero, subrayó que varias de las personas involucradas fueron atendidas solamente unas horas en el Darién, donde llegan diariamente miles de migrantes de todo el mundo que pretenden viajar sin papeles migratorios hacia Estados Unidos.
De acuerdo con la versión oficial del siniestro, el conductor del autobús se pasó la entrada del albergue de Gualaca y al devolverse perdió el control del vehículo, chocó al menos con un objeto fijo y cayó al abismo.
El autobús quedó destrozado, sin techo y con las sillas desperdigadas por el piso. Es el peor accidente de este tipo registrado en el istmo en más de 50 años.
Tras el golpe hubo un silencio de misa
Según el testimonio de Edgar Guerra Miranda, propietario del autobús con el que chocó el vehículo que rodó al precipicio, un silencio profundo imperó instantes después del fatídixco accidente.
«No se escucharon lamentos, ni gritos, nada. Parece que todo el mundo se aturdió con el impacto. De seguro los que no murieron estaban aturdidos. Pensé que venía el chofer solo porque no se escuchaba nada», dijo Guerra Miranda a la emisora local Frecuencia Informativa C4.
Según el testigo, solo después de unos 10 minutos empezaron a escucharse los llamados de auxilio.
Guerra detalló que su autobús evitó que la situación fuera peor, pues “frenó” un poco a la unidad que lo embestía. Detalló que cerca había otro ocho buses.
