En contraste con Brasil, Chile, Uruguay y Colombia, otros países latinoamericanos han avanzado lentamente en la adopción de servicios móviles 5G comerciales.
Según el Informe Anual de Economía Móvil, mientras 261 operadores de 101 países ya han lanzado sus servicios 5G, y más de 90 operadores en 64 mercados se comprometen a hacerlo en los próximos años, en Latinoamérica solo el año pasado el 5G representó el 5% del total de conexiones, con el 4G dominando con un 66% y el 2G manteniendo un 5% a pesar de su desconexión progresiva.
Bajo este panorama, Latinoamérica alcanzaría un total de 425 millones de conexiones de 5G para el 2030, con un aumento del 55% desde el 2024, liderando el avance de esta tecnología entre los países emergentes, pero muy por detrás de los desarrollados.
En la región Chile es la pionera ya que se convirtió en 2021 en el primer país de la región en realizar la licitación que se adjudicó a Entel, Movistar y WOM.
En noviembre del mismo año Brasil concluyó la subasta de 5G con compromisos de inversión por US $9.375 millones, siendo adjudicadas las empresas Telefónica Brasil, Claro y TIM Brasil.
Por su parte, Antel de Uruguay activó el servicio de 5G para los usuarios con dispositivos compatibles, mientras que en Colombia ya se inició el despliegue de las redes 5G tras la subasta del espectro y se espera que esté disponible a partir de junio.
Según el informe antes citado, esta tecnología inyectará un beneficio de US$930.000 millones a la economía mundial. Los sectores que serán más beneficiados serán la industria manufacturera (36%), la administración pública (15%) y los servicios (10%).