Este sábado 11 de febrero, los rescatistas del grupo Cascos Blancos, declararon que daban por terminada la búsqueda de sobrevivientes en la zona noreste de Siria que se vio fuertemente afectada con el terremoto del pasado lunes 6 de febrero.
Los rescatistas decidieron terminar la búsqueda luego de no encontrar ningún sobreviviente bajo los escombros, desde el pasado jueves. La búsqueda se convierte ahora en una operación de recuperación de cuerpos.
Al momento de hacer la declaración, los Cascos Blancos recordaron que a pesar de que ya no están buscando sobrevivientes, se han mantenido trabajando incansablemente por más de 108 horas, y que en sus misiones recorrieron más de 40 ciudades, pueblos y aldeas en las que registraron más de 479 edificios que se derrumbaron completamente.
Tras los sismos, este grupo logró rescatar a más de 2.950 heridos de las zonas de Idlib y Alepo.
Entre los dos países, la cifra de muertos supera los 23.000 y sólo en algunas zonas opositoras de Siria las autoridades reportaron más de 2.100 fallecidos.
Los rescatistas han debido sortear dificultades como la escasez de combustible para operar la maquinaria pesada, así como la falta de equipos modernos para ayudar a la localización de los heridos, pero lo que más lamentan es la falta de ayuda internacional.
«Trabajar con miles de heridos a bajas temperaturas y el riesgo de que la toxicidad se propague por los cuerpos de las personas atrapadas bajo los escombros, se suma a los desafíos que enfrentaron nuestros equipos” afirmaron los cascos blancos en la nota publicada por
Desde el pedido de ayuda internacional, las Naciones Unidas enviaron este sábado un camión con ayuda humanitaria para las zonas opositoras del noreste de Siria, siendo este el tercer cargamento internacional que llega al país.
El primer cargamento de ayuda llegó el pasado jueves, tres días después del sismo. La ayuda aún es necesaria.
