El terremoto que sacudió Turquía y Siria el lunes pasado tuvo la potencia de 130 bombas atómicas, de acuerdo al ingeniero geofísico Ovgun Ahmet Ercan.
La catástrofe natural ya generó 435 réplicas lo que le adjudica una potencia de más de 130 bombas atómicas de Hiroshima.
El sismo de 7,8 en la escala de Richter, dejó destruida una superficie de unos 200 kilómetros de largo y 30 de ancho, haciendo de todo el paisaje, una visión apocalíptica. Hasta los momentos, rescatistas han logrado salvar a unas 8.000 personas que estaban enterradas bajo los escombros de los edificios derrumbados.
Desde 1939 que Turquía no sentía un terremoto de esta fuerza, por lo que nadie estaba preparado para lo ocurrido. De acuerdo a las autoridades ya hay más de 7.000 fallecidos y 31.000 heridos sin contar a las miles de personas que se mantienen a la intemperie porque perdieron sus hogares por el terremoto, todos con el temor de morir congelados por las bajas temperaturas.
De acuerdo a diversos expertos, el terremoto afectó tanto al país ya que los métodos de construcción no eran adecuados para soportar un sismo de este nivel. Hace unos años, el gobierno turco anunció la creación de un plan para mejorar las construcciones y hacerlas antisísmicas, sin embargo, evidentemente no están listas.
Turquía es uno de los países más activos sísmicamente en todo el mundo. En 1999, la nación se sacudió de tal manera que dejó un saldo de 17.000 fallecidos y desde ese momento el gobierno comenzó a idear estrategias para evitar que algo así volviera a pasar.