El 1 de marzo de 1973, Pink Floyd publicó su octavo y exitoso álbum ‘’The Dark of the Moon’’, una obra conceptual que se convirtió en uno de los discos más populares de la banda durante toda su trayectoria.
Temas como ‘’Money’’, ‘’Time’’, ‘’The Great Gig in the Sky’’ y ‘’Brain Damage’’ surgieron como grandes clásicos de la banda británica en medio de una narrativa musical de casi una hora, con una lista de canciones melódicamente armadas gracias a la posibilidad del estudio encargado del álbum.
El estudio Abbey Road estuvo a cargo de la realización del disco e incluyó a Alan Parsons como ingeniero de sonido, quien luego fue considerado como el ‘’quinto Pink Floyd’’ gracias al resultado de este trabajo.
Además de la conexión musical entre las canciones, el disco también tuvo la particularidad de ser el primero cuyas letras estuvieron completamente a cargo de Roger Waters, quien apuntó directamente a la alineación de la vida, el tiempo, el mercantilismo, la muerte e incluso la locura.
En este sentido, Waters aseguró que el nombre del álbum no se refiere tanto a la cara de la luna, sino a la locura, refiriéndose a la baja del miembro fundador, Syd Barrett, a causa del deterioro mental por la ingesta de ácido lisérgico. Por lo que la canción ‘’Brain Damage’’ parecía ser la prueba sostenible al respecto.
Impecable éxito
‘’El disco irrumpió como algo extraordinario. No fue un disco más, claramente. Y se transformó en un standard de muchas cosas, sobre todo de sonido’’, comentó Sergio Marchi, periodista especializado en la banda.
Marchi aseguró que el estudio fue fundamental para el éxito del disco. ‘’El CS3 que es un pedal compresor para guitarras, las cintas y Alan Parsons fueron clave’’, agregó.
En este disco, las letras hablan sobre los conflictos más comunes del ser humano, como el tiempo, el dinero, la muerte y la redención. Es por ello que, el creador de las canciones necesitó más que letras para reflejar estos sentimientos diarios.
‘’The Dark Side of the Moon’’ es un disco que, durante su lanzamiento en los años 70, estaba en todas las casas, aunque fuese solo para decoración. Y es que el álbum ha vendido más de 20 millones de copias verificadas alrededor del mundo.
‘’En comparación con otras composiciones de Pink Floyd, los temas en este disco destacan por su uso profundo de sintetizadores y efectos de sonido, así como por su estructura de canción distintiva. Estas características crean una sensación de profundidad y complejidad en las canciones’’, comentó Jorge Moffat, cantante de ‘The End’, una banda británica considerada como uno de los mejores tributos del mundo a Pink Floyd.
Colorida portada
Dejando a un lado sus letras y sonidos, la portada del álbum es algo digno de admirar. Creada por Storm Thorgerson, del estudio de diseño gráfico, Hipgnosis, esta tapa fue un foco de atención que canalizó todo el público.
El diseño muestra un prisma que refracta la luz y en el que se descomponen algunos colores para resurgir los motivos del arcoiris. Para el diseño, Thorgerson se basó en una conversación que tuvo con Watts.
‘’Roger habló sobre las presiones de estar de gira, la locura, la ambición…y el triángulo es un símbolo de ambición. Rick buscaba algo más gráfico, menos fotográfico, algo, como él mismo dijo, más elegante que antes. El show de luces de los Floyd fue considerado como muy poderoso y el prisma parecía ser una buena manera de reflejarlo, y ser más gráfico al mismo tiempo’’, detalló el diseñador encargado de la portada.
Hipgnosis realizó hasta siete diseños de la portada, pero los miembros de la banda coincidieron en que el diseño del prisma era el mejor por lejos.
Grabado entre 1972 y 1973, el álbum escaló a la cima de las listas de popularidad en todo el mundo, y se mantuvo en los primeros lugares durante 741 semanas. En Reino Unido ha estado en el ranking de discos más vendidos durante 30 años.
‘’The Dark Side of The Moon’’ es increíble y lleva 50 años haciéndose notar. Aunque Waters desea regrabarlo, es imposible recrear de una manera impecable la magia que este álbum emitió.