La Guardia Costera de Estados Unidos anunció que una implosión catastrófica acabó con el submarino Titán y con la vida de sus cinco ocupantes pero desde que la nave se perdió empezaron a aparecer denuncias sobre la falta de seguridad del aparato.
Diversos documentos publicados por The Guardian revelan que desde 2018 ya habían preocupaciones sobre la seguridad del submarino.
La presión de estar a casi 4.000 metros bajo el nivel del mar afecta tremendamente la comunicación.
Mike Reiss, quien viajó en el Titán el año pasado, le dijo a la BBC : “Usted firma una renuncia antes de subir que menciona la muerte tres veces diferentes. He realizado tres inmersiones diferentes con esta empresa y casi siempre pierdes la comunicación”.
El New York Times publicó una carta escrita en 2018 por líderes de la industria en el campo de las embarcaciones sumergibles y advirtió acerca de posibles problemas «catastróficos» con el desarrollo de Titán.
La Sociedad de Tecnología Marina -un grupo de la industria formado por ingenieros oceánicos, tecnólogos, legisladores y educadores- también se refirió al «enfoque experimental adoptado por OceanGate»: criticaron que el material publicitario afirmaba que el diseño de Titan «cumpliría o superaría los estándares de seguridad de DNV-GL» aunque no tenían la intención de que la organización competente evaluara la embarcación.
En su carta, el organismo escribió: «Recomendamos que, como mínimo, instituya un programa de prueba de prototipos que sea revisado y presenciado por DNV-GL».
Casi un año después de que se envió la carta de la Sociedad de Tecnología Marina, OceanGate explicó qué no tendría la certificación pero afirmó que el «error del operador» era el responsable de la gran mayoría de los accidentes.
A OceanGate también le preocupaba que el proceso de clasificación pudiera ralentizar el desarrollo y actuar como un lastre para la innovación.
Además, la capacidad del diseño del casco del submarino para soportar profundidades fue cuestionada en una demanda de 2018 presentada por el ex director de operaciones marinas de OceanGate, David Lochridge, quien dijo que fue despedido después de plantear preocupaciones de seguridad sobre la embarcación.
De acuerdo con Lochridge, entre los peligros potenciales del submarino turístico de OceanGate era que la ventanilla dispuesta para ver hacia el exterior solamente estaba certificada para sorportar profundidades de hasta 1 mil 300 metros.
Sin datos sobre la implosión
El contraalmirante John Mauger, vocero de la Guardia Costera en la rueda de prensa donde se anunció el encuentro del submarino siniestrado, explicó que no está claro exactamente cuándo implosionó el Titán pero aseguró que las boyas de sonar enviadas «no escucharon ningún signo de falla catastrófica».
Sobre los cuerpos de los tripulantes, Mauger aseguró que no se han encontrado y aclaró: «este es un entorno operativo increíblemente complejo en el lecho marino, a más de dos millas debajo de la superficie. El vehículo de operación remota ha estado buscando, y es altamente capaz, y hemos podido clasificar solo partes del sumergible Titán».
Los restos del submarino fueron encontrados a 500 metros de la proa del Titanic.
