Desde 1999, el fotógrafo canadiense François Brunelle, radicado en Montreal, ha emprendido una misión única: encontrar personas desconocidas entre sí, pero físicamente idénticas, es decir «dobles».
Este proyecto, conocido como I’m Not a Look-Alike, ha llevado a Brunelle a viajar por diferentes países para documentar estos asombrosos parecidos.
Un encuentro personal y un proyecto global
La idea de buscar dobles no es nueva para Brunelle. Siempre ha sido comparado con el actor que interpreta a Mr. Bean, Rowan Atkinson, y tuvo un encuentro con su propio doble en un restaurante de Praga.
Este hecho despertó su curiosidad y lo impulsó a investigar si otras personas también tienen un doble en algún lugar del mundo. A lo largo de casi 25 años, Brunelle ha reunido una impresionante colección de retratos en blanco y negro de aproximadamente 250 parejas en 32 ciudades alrededor del mundo.
El fundamento científico
La noción de los dobles no solo se apoya en la observación artística. Un estudio realizado por la investigadora Teghan Lucas concluyó que todos tenemos un doble exacto en alguna parte del mundo.
Este estudio sostiene que hay genes específicos involucrados en la forma y el tamaño del rostro, el color de los ojos y el pelo, y que la diversidad genética humana tiende a generar muchas combinaciones posibles de apariencia física.
Sin embargo, debido al gran número de seres humanos, es inevitable que algunas combinaciones se repitan.
El proyecto en la práctica
Brunelle ha trabajado incansablemente para encontrar y fotografiar a estos dobles. Sus fotografías, tomadas en blanco y negro, se centran en la iluminación y el ángulo para resaltar las similitudes y diferencias faciales.
“Una pareja muy perfecta de parecidos sería aburrida”, asegura Brunelle, destacando que las pequeñas diferencias son lo que hace fascinante su trabajo.
La Dimensión filosófica y emocional
Para Brunelle, la búsqueda de dobles tiene una dimensión filosófica: “Me pregunto si alguien más ve lo mismo que yo cuando me paro frente al espejo todas las mañanas”.
Su objetivo no es solo científico, sino también personal y emocional, explorando la relación que se genera cuando dos personas descubren que son idénticas.
Alcances y repercusiones
El proyecto de Brunelle ha tenido un alcance internacional, llevándolo a Estados Unidos, Francia, Alemania, Suiza, Italia, Reino Unido y Colombia.
Sus retratos han sido exhibidos en numerosas exposiciones y documentales. Además, ha creado una página web donde muestra las imágenes actualizadas de estas duplas, que incluyen personas de diferentes nacionalidades, razas, edades y géneros.
Un fenómeno fascinante
Las coincidencias que atraviesan lo físico y que justifican todo el esfuerzo de Brunelle son realmente sorprendentes.
Por ejemplo, dos hombres calvos que descubrieron que ambos estaban casados con mujeres llamadas Francine, y desde entonces se convirtieron en buenos amigos. Para Brunelle, estas coincidencias muestran que conocer a tu doble puede cambiar tu vida.
El proceso fotográfico
Brunelle explica que todas las fotografías del área de Montreal son tomadas en su estudio, mientras que en otras ciudades alquila estudios locales. El proceso de toma es sencillo: los modelos se colocan uno al lado del otro sobre un fondo neutro e improvisan poses durante una o dos horas.
Las fotografías en blanco y negro eliminan elementos superfluos y permiten centrarse en las similitudes esenciales en la estructura facial de los dobles.
François Brunelle ha convertido su fascinación por los dobles en una misión artística y casi filosófica, documentando una de las curiosidades más intrigantes de la humanidad.
Su trabajo no solo nos muestra que todos podemos tener un doble en alguna parte del mundo, sino que también nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la identidad y la conexión humana.
Con información de Infobae
