El expresidente Donald Trump se enfrenta a acusaciones formales por mal manejo de documentos clasificados en su finca de Florida, marcando un hecho sin precedentes en la historia de Estados Unidos. Esto lo convierte en el primer expresidente en enfrentar cargos penales por parte del gobierno federal al que alguna vez lideró.
Se espera que el Departamento de Justicia haga pública la acusación, compuesta por siete cargos, en una próxima comparecencia histórica. Este acontecimiento se produce en medio de las actividades de la campaña presidencial para las elecciones de 2024, las cuales se han visto acentuadas por diversas acciones judiciales en varios estados.
Las consecuencias legales de la acusación formal son sumamente graves, incluyendo la posibilidad de prisión en caso de condena. Además, esta situación tiene enormes implicaciones políticas, ya que podría afectar las primarias republicanas y poner a prueba la disposición de los votantes y líderes del Partido Republicano para respaldar a un candidato que ha sido encausado en dos ocasiones y que aún podría enfrentar más cargos.
Asimismo, este proceso abre la puerta a un juicio sensacional en torno a las acusaciones de que Trump habría adquirido intencional e ilegalmente información delicada para la seguridad nacional, siendo él quien anteriormente tenía acceso a los secretos más importantes del país.
Aunque el Departamento de Justicia no ha confirmado públicamente la acusación, dos personas familiarizadas con la situación han revelado que consta de siete cargos penales. Además, se informa que el equipo legal de Trump fue contactado por los fiscales antes de que el exmandatario anunciara en su plataforma Truth Social que había sido encausado.
Pocos minutos después de su anuncio, Trump comenzó a recaudar fondos para su campaña presidencial de 2024 relacionados con esta situación. En un video, proclamó su inocencia y reiteró su afirmación habitual de que la investigación en su contra es una «cacería de brujas». También declaró su intención de presentarse en el tribunal el próximo martes en Miami, donde un gran jurado ha estado evaluando nueva evidencia esta semana.
Este caso se suma a los problemas legales que enfrenta Trump, quien ya ha sido encausado en Nueva York y enfrenta investigaciones adicionales en Washington y Atlanta, las cuales también podrían resultar en cargos penales.
Sin embargo, entre todas las pesquisas que enfrenta, tanto expertos legales como colaboradores cercanos a Trump consideran la investigación en Mar-a-Lago como la amenaza más grave y la más probable de llevarlo a juicio. El equipo de campaña ha estado preparándose para las consecuencias desde que los abogados de Trump fueron informados de la investigación, asumiendo que no se trataba de si se presentarían cargos, sino de cuándo.
El abogado de Trump, James Trusty, reveló a CNN que la acusación incluye cargos por retención intencional de información de defensa nacional, lo cual es un delito tipificado en la ley de Espionaje que regula el manejo de secretos gubernamentales. Además, se le acusa de obstrucción, declaraciones falsas y asociación delictuosa.
Este caso marca un hito para el Departamento de Justicia, que ha investigado a Trump durante años, tanto durante su presidencia como después, pero nunca antes lo había acusado de un delito.
La investigación más notable fue la pesquisa previa de la fiscalía especial sobre los vínculos entre la campaña de Trump en 2016 y Rusia, aunque en ese caso los fiscales hicieron referencia a la política del Departamento de Justicia que desaconseja encausar a un presidente en ejercicio. No obstante, una vez que dejó el cargo, Trump perdió esas protecciones.
Con información de AP