Quienes tienen gatos saben a que nos referimos con la palabra «amasa», los gatos masajean con las patas delanteras el vientre de una persona o una superficie, con un ritmo relajante.
El trasfondo de ese cariño lo hacen por primera vez cuando son sólo unos recién nacidos y están en la etapa de amamantamiento.
El amasado está asociado con la succión y ayuda a estimular el suministro de leche de una madre a través de la liberación de oxitocina. Y probablemente evolucionó por esta razón.
El amasado también tiene otra ventaja evolutiva. Se puede utilizar como una forma de comunicación táctil y de feromonas entre el cachorro y la madre.
Estudios aseguran que los gatos tienen glándulas odoríferas en las suaves almohadillas de sus patas y cuando amasan, estas glándulas liberan feromonas por lo que amasar a su madre libera sustancias asociadas con el vínculo, la identificación, el estado de salud o muchos otros mensajes.
Evolución
El amasado como tal evolucionó para estimular el suministro de leche y expresar mensajes químicos y táctiles entre el gatito y la madre, también es un comportamiento común en los gatos adultos, debido a algo llamado neotenia.
Esto sucede cuando un animal conserva sus rasgos físicos o de comportamiento juveniles hasta la edad adulta.
Es probable que estos rasgos sean ventajosos para los gatos cuando necesitan socializar con humanos u otros gatos o animales en el hogar.
El amasado, en particular, puede preservarse hasta la edad adulta porque les ayuda a comunicar mensajes.
Otra teoría
Es la manera que tiene un gato de decir «estamos vinculados» o «estás en mi grupo social». O en una definición muy humana, «eres mi persona».
También podemos reforzar este comportamiento al premiar a un gato cuando lo hace.
Y es que a algunos gatos les gusta amasar mantas suaves o de lana mientras lamen el material, como si fuera una tetilla. Esto puede ser relajante o calmante para el gato debido a esta asociación.
En la mayoría de los casos, es probable que amasar indique que tu gato se siente cómodo.
Sin embargo, si el comportamiento (y especialmente la succión) ocurre con mucha frecuencia, durante mucho tiempo, parece compulsivo o comienza a dañarle las patas, las piernas o la boca, puede ser una señal de que el gato está estresado o tiene dolor y necesita atención veterinaria.