La resurrección de un gusano congelado en el laboratorio y cultivado durante más de 100 generaciones, levanta asombro mundial.
Expertos del Instituto Max Planck de Alemania realizaron un estudio con radiocarbonos y consiguieron que un gusano congelado en el permafrost siberiano desde el Pleistoceno tardío, hace unos 46.000 años, vuelva a la vida.
Para develar los misterios y condiciones del proceso, los investigadores realizaron un análisis del genoma y afirmaron que la criatura es una especie recién registrada, a la que llamaron Panagrolaimus kolymaensis.
El antiguo gusano se encontró a unos 40 metros de profundidad. «Hasta la fecha, los científicos conocen muy pocos animales capaces de suspenderse en un estado de limbo en respuesta a condiciones ambientales difíciles».
Por todo lo que se conoce sobre este singular estado de la vida, estos animales podrían muy bien permanecer en este estado de desecación «indefinidamente», o al menos hasta que las condiciones sean mejores para su supervivencia.
El mayor tiempo registrado de criptobiosis entre gusanos vivos hasta ahora fue de sólo 39 años. Incluso los tardígrados han vuelto a su estado metabólico normal luego de 30 años de congelación.
«Hasta la fecha, los científicos conocen muy pocos animales capaces de suspenderse en un estado de limbo en respuesta a condiciones ambientales difíciles».
Este hecho bate absolutamente el estado de inactividad extrema más prolongado que se conoce entre la vida animal, un fenómeno conocido como criptobiosis.
Esto supera a otro antiguo nematodo, del género Plectus, que también se encontró congelado en Siberia en 2018 y que data de hace unos 42.000 años.
«Estos hallazgos tienen implicaciones para nuestra comprensión de los procesos evolutivos, ya que los tiempos de generación pueden alargarse de días a milenios, y la supervivencia a largo plazo de individuos de especies puede conducir a la refundación de linajes de otro modo extinguidos», escriben los autores del trabajo.