El accidente aéreo que sacudió a Brasil este viernes, esconde detrás historias de dolor, sacrificio e incluso advertencias que fueron ignoradas, y que concluyeron en la tragedia de este tipo más grande los últimos tiempos en el país suramericano.
Familia venezolana: del sacrificio a la muerte
Abordaron el avión en Paraná, en el sur de Brasil, para un largo viaje hasta su natal Venezuela. Pero el plan de Josgleidys González, su madre, María, y su pequeño Joslan, de cuatro años, se truncó al estrellarse la aeronave en la que viajaban.
La familia, que había migrado a Brasil, estaba entre los 62 ocupantes (58 pasajeros y 4 tripulantes) del avión que se precipitó el viernes en una zona residencial de la localidad de Vinhedo, en el estado de Sao Paulo.
Un viaje truncado hacia Venezuela
Josgleidys González, de 25 años, había llegado a Brasil hace cuatro años con su bebé, buscando mejores oportunidades en medio de la crisis venezolana. Vivían en Cascavel, una ciudad de 350.000 habitantes en el estado de Paraná, donde Josgleidys trabajaba como cajera en un supermercado.
Thaiza Evangelista, una amiga cercana, relató a la AFP que la familia había decidido regresar a Venezuela para tramitar documentos y luego dirigirse a Colombia, en busca de una vida más económica y segura.
Luchando contra la adversidad
El viaje era esencial para la familia. Josgleidys y su madre María Gladys Parra habían hecho grandes sacrificios para ahorrar lo necesario, privándose de muchas cosas. Según Evangelista, el alto costo de la vida en Brasil, especialmente el alquiler, era una carga insostenible.
La decisión de regresar a Venezuela y luego a Colombia se basaba en la posibilidad de estar cerca de familiares que podrían ofrecerles apoyo.
Un último mensaje
Antes de abordar el vuelo, Josgleidys envió un mensaje a Evangelista informándole que todo había salido bien y que estaban a punto de embarcar. Unas horas más tarde, la noticia del accidente aéreo comenzó a difundirse, causando desesperación y temor entre sus seres queridos.
La aerolínea Voepass confirmó que entre los pasajeros estaban Josgleidys, su madre María Gladys Parra, su hijo Joslan Pérez y su perrita Luna. La tragedia devastó a todos aquellos que los conocían, especialmente a Evangelista, quien había ayudado a la familia en sus preparativos para el viaje.
Advertencia ignorada
Rosana Santos Xavier, una joven de 23 años, también era una de las pasajeras del vuelo siniestrado. Poco antes del despegue, envió un mensaje a su familia expresando su temor por las malas condiciones del avión.
«Tengo miedo de este vuelo, te lo juro, avión viejo. Hay un asiento roto, caos», escribió, acompañado de una selfie desde la cabina.
A pesar de sus miedos, el vuelo despegó, pero nunca llegó a su destino. Su madre, Rosemeire dos Santos Xavier, relató que intentó calmarla pidiéndole que leyera un salmo de la Biblia, pero el presentimiento de Rosana resultó ser trágicamente acertado.
Un pasajero que escapó por minutos
Adriano Assis, un pasajero que debía tomar el mismo vuelo, se salvó por apenas tres minutos. Al llegar al aeropuerto de Cascavel, descubrió que su vuelo original había sido reasignado a Voepass. Llegó al mostrador demasiado tarde para embarcar y, aunque discutió con el personal, no pudo abordar el avión.
Horas después, al enterarse del accidente, Assis llamó a su familia para asegurarles que estaba vivo. «Perder ese vuelo me salvó la vida», dijo, aún conmocionado por la tragedia.
Investigación en curso
Mientras tanto, la investigación sobre las causas del accidente continúa. Las autoridades brasileñas han recuperado las cajas negras del avión y esperan que los datos puedan ofrecer respuestas.
Aunque se han planteado hipótesis como la posible acumulación de hielo en las alas, aún no hay conclusiones definitivas.
El accidente ha sido el más grave en territorio brasileño en 17 años, y el dolor de las familias y amigos de las víctimas es profundo.
La vida de Josgleidys, su familia, Rosana y los otros pasajeros quedó truncada en un instante, dejando tras de sí un vacío irremplazable.
Con información de El Espectador e Infobae
