En tiempos de crisis económica, hay que ingeniárselas para ahorrar y una de ellas -cuando se trata de viajes- es el truco de “Skiplagging” o saltarse vuelos. Esto quiere decir que te bajas del avión en la ciudad en la que ibas a hacer escala.
Aunque también hay que decirlo, este método ya tiene a las aerolíneas de Estados Unidos y Europa encolerizadas y sólo sirve si llevas únicamente equipaje de mano y no en bodega, explicó el portal independentenespañol.com.
Skiplagging (o “saltarse vuelos” en español) es la práctica de reservar una opción de vuelo menos costosa con una escala sin planear volar toda la ruta. En cambio, la escala es el destino previsto del viajero.
La razón por la que tanta gente usa este controvertido truco es porque es más barato reservar un vuelo con escala que un vuelo directo.
Por ejemplo, un vuelo de Nueva York a Orlando podría costar US$250 sin escalas, pero un vuelo similar de Nueva York a Dallas con escala en Orlando podría costar US$130. Si un pasajero quisiera volar a Orlando usando la estrategia de skiplagging, bajarían del avión en el destino de la escala en Orlando en lugar de viajar hasta Dallas.
De hecho, hay un servicio de viajes completo dedicado a esta práctica llamado Skiplagged.com, que alerta a los clientes sobre ofertas de ciudades ocultas y expone “lagunas en los precios de las tarifas aéreas para ahorrarte dinero”.
El skiplagged funciona dando a los viajeros la opción de buscar una ruta con un destino de ciudad oculta, pero el sitio web señala que los vuelos de ciudades ocultas sólo están disponibles en ciertas rutas. Si las opciones están disponibles, aparecerán en los resultados de búsqueda de vuelos con los tramos finales del viaje tachados y el precio marcado como “tasa de Skiplagged”.
En 2014, United Airlines se asoció con el sitio web de viajes Orbitz para demandar al director ejecutivo de Skiplagged, Aktarer Zaman.
La aerolínea afirmó que la práctica de comprar boletos para ciudades ocultas era “injusta” y “estrictamente prohibida” y alegó que el sitio web originario de Nueva York le costó a las empresas US$75.000 en ingresos perdidos. Sin embargo, se desestimó la demanda porque se presentó en Illinois, donde el tribunal no tenía jurisdicción, ya que Zaman trabajaba y residía en la ciudad de Nueva York. Zaman también sostuvo que la práctica era “perfectamente legal”.
Hoy, Skiplagged promociona su guerra legal con la compañía aérea en su sitio web, que dice: “Nuestros vuelos son tan baratos que United nos demandó… pero ganamos”.
Si bien el skiplagging parece una forma rentable de viajar, conlleva muchos riesgos porque las aerolíneas han tomado medidas enérgicas contra esta práctica en los últimos años. NerdWallet informó que los viajeros que se salten viajes podrían enfrentarse a consecuencias de las aerolíneas, como la eliminación de millas de fidelidad o el cobro del tramo final del viaje.