La morgue de Guayaquil, motor económico de Ecuador, se encuentra colapsada con más de 200 cadáveres putrefactos de personas asesinadas, muchas de ellas sin identificar y otras no reclamadas por sus familiares, según reporta El País.
Cadáveres sin espacio
El olor a muerte invade los alrededores de las instalaciones de Medicina Legal en Guayaquil, la ciudad con mayor cantidad de homicidios del país.
Hace seis meses, uno de los contenedores que almacenaba estos cuerpos dejó de funcionar y los cadáveres fueron trasladados al único contenedor operativo, que ahora está sobrecargado. Los líquidos de la descomposición se filtran por las rendijas.
Condiciones precarias
Funcionarios recogen pedazos de cuerpos en la puerta del contenedor y los guardan en bolsas. Han usado torres de luz para alumbrar el depósito, donde se apilan partes de cuerpos sueltos.
Familias esperan meses para recuperar los cuerpos de sus seres queridos, enfrentándose a excusas y, en algunos casos, a la noticia de que los cuerpos están perdidos.
Aumento de la violencia
Guayaquil ha registrado más de 1.300 crímenes este año, y la morgue recibe cuerpos de áreas cercanas como Durán, Posorja, Playas, Tenguel, Samborondón y Daule.
La cámara frigorífica tiene capacidad para 15 cuerpos, pero debido a las masacres carcelarias y la alta violencia, se almacenan dos o tres cuerpos por espacio.
Descomposición y desesperación
El estado de descomposición de los cadáveres es tan avanzado que no se pueden obtener huellas dactilares, requiriendo perfiles genéticos y familiares para la identificación.
Sin embargo, muchos cuerpos no son reclamados y se almacenan en dos contenedores de 12 metros, habilitados provisionalmente durante la pandemia.
Hace seis meses, uno de estos contenedores se dañó, y ahora alrededor de 200 cuerpos se pudren en el único contenedor operativo.
Respuesta institucional
El Servicio de Medicina Legal y Ciencias Forenses informó en un comunicado que uno de los refrigeradores dañados se reparó el 8 de junio.
Sin embargo, los cuerpos no han sido trasladados debido a la falta de equipo de bioseguridad para el personal. La crisis persiste a pesar de los esfuerzos por solucionarla.
Sobrepasados por la demanda
El número de médicos forenses no ha aumentado a pesar de la alta demanda de autopsias. Solo cuatro médicos forenses trabajan en la morgue, atendiendo más de 15 cadáveres por día en jornadas de ocho horas, cuando el protocolo recomienda dedicar entre tres y seis horas por cuerpo. Ahora, deben completar cada autopsia en menos de 30 minutos.
Pérdida de evidencias
La situación crítica de la morgue resulta en la pérdida de pruebas cruciales. Los cadáveres llegan en tal estado de descomposición que es imposible determinar las causas de muerte con precisión. Las mujeres víctimas de femicidio también pierden evidencias vitales en la espera.
Operativo de emergencia
El miércoles por la tarde, el Servicio de Medicina Legal inició un operativo para mover los cuerpos del contenedor colapsado a un nuevo depósito, ahora con el equipo de protección adecuado. Sin embargo, la crisis de la morgue sigue sin resolverse.
Fuente: El País.