Este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal) alertó que los niveles de pobreza en la región alcanzarán el 32,1%, mientras que los de pobreza extrema llegarán a 13,1%, como lo refleja el informe Panorama Social de América Latina y el Caribe.
La explicación para este incremento de la pobreza más aguda, son los "efectos combinados del crecimiento económico, la dinámica del mercado de trabajo y la inflación", señala el informe.
Según la CEPAL, 201 millones de personas estarán en pobreza, y al menos 82 millones vivirán en pobreza extrema. “los niveles proyectados de pobreza extrema en 2022 representan un retroceso de un cuarto de siglo" para Latinoamérica y el Caribe.
La Cepal refirió además que la austeridad en la región ha afectado en mayor medida a la población infantil, los adolescentes y las mujeres de 20 a 59 años, así como a grupos indígenas y afrodescendientes.
El secretario ejecutivo de Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, refirió en conferencia de prensa que para contrarrestar esta situación, se requieren esfuerzos y políticas públicas vinculadas a la oferta educativa, salud, trabajo, protección social.
Salazar-Xirinachs insistió en la necesidad de crear mecanismos, para garantizar un nivel de bienestar e ingresos en tiempos inciertos.
“No se han logrado revertir los impactos de la pandemia en materia de pobreza y pobreza extrema, y los países enfrentan una crisis silenciosa en educación, que afecta el futuro de las nuevas generaciones", subrayó.
El funcionario advirtió que la pandemia generó una crisis social prolongada, que trajo como resultado un retroceso en los indicadores del desarrollo social.
Por otra parte, en el ámbito educativo, América Latina y el Caribe sufren las consecuencias, del prolongado tiempo en que las escuelas se mantuvieron cerradas durante los dos primeros años de la pandemia: en promedio, 70 semanas de cierre de los establecimientos educativos frente a 41 semanas en el resto del mundo.
Las consecuencias de este “apagón educativo” ya son visibles, de acuerdo a la Cepal. En América Latina y el Caribe, los jóvenes de 18 a 24 años que no estudian ni trabajan de forma remunerada, aumentó de 22,3% en 2019 a 28,7% en 2020.
