Entre miles de fieles el Papa Francisco presidió una imagen que quedará para la historia, al darle el último adiós a su predecesor Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), en la Plaza de San Pedro.
"Benedicto (…) que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente y para siempre la voz del Señor”, suplicó el papa durante la misa presidida desde la silla de ruedas. En el lugar estuvieron presentes alrededor de 50 mil personas.
El funeral fue la primera ocasión en los tiempos modernos en que un pontífice presidió el funeral de su predecesor, y la primera de uno que renunció.
Benedicto, fue el primer pontífice en renunciar a su cargo en casi 600 años , en lugar de ocuparlo de por vida. Murió a los 95 años el 31 de diciembre, en un monasterio en la Ciudad del Vaticano.
En el último adiós, Francisco destacó su "sabiduría, delicadeza y entrega" poco antes de que el féretro fuera transportado al interior de la basílica de San Pedro para su sepultura.
La presencia de un papa en el funeral de su predecesor es algo inédito en la historia reciente de la Iglesia. Francisco estaba rodeado por cinco cardenales en el altar. Al término de la sepultura, de pie, ayudado por su bastón, Francisco bendijo el ataúd y lo tocó con su mano para despedirlo.
Un Funeral inédito
Cientos de sacerdotes y monjas asistieron a la ceremonia, para acompañar las exequias del pontífice alemán.
La ceremonia, que comenzó a las 09H30 (08H30 GMT), duró una hora y 20 minutos y fue celebrada por unos 4.000 religiosos, entre cardenales y obispos de todo el mundo.
Entre los asistentes figuraban varios jefes de Estado y de Gobierno, incluido los presidentes de Italia, Polonia, Hungría, Portugal, el rey Felipe de Bélgica y la reina emérita española Sofía, así como diplomáticos de varias nacionalidades.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente Sergio Mattarella, presentaron sus respetos al papa emérito a principios de esta semana durante su funeral en la Basílica de San Pedro.
El ataúd de Benedicto XVI fue transportado a través de la Basílica y será trasladado a la cripta del Vaticano para el entierro, en la primera tumba de Juan Pablo II este jueves.
La tumba fue desalojada después del cuerpo de Juan Pablo II y los restos fueron trasladados a una capilla dentro de la basílica, cuando se convirtió en santo.
Al momento del entierro durante el rito, se colocará una cinta alrededor del ataúd con los sellos de la cámara apostólica, la casa pontificia y las celebraciones litúrgicas. El ataúd de ciprés se colocará dentro de un ataúd de zinc soldado y sellado, y posteriormente se colocará dentro de un ataúd de madera, el cual será enterrado.