La baguette, un símbolo referencial tan francés como la misma Torre Eiffel, se hizo un lugar en la lista de Patrimonios Culturales Inmateriales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, define el Patrimonio Cultural Inmaterial como "tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes".
Este exquisito pan se une a otros alimentos y culturas gastronómicas registradas en la lista del organismo, tales como la preparación de la pizza napolitana, el kimchi, la cultura cervecera belga y el café árabe.
Tradición artesanal
La directora general de UNESCO, Audrey Azoulay, señaló que este reconocimiento celebra la tradición cultural que refleja el pan francés. ‘’Es una especie de modo de vida. Siempre hay una boulangerie cerca, puedes ir a comprar pan fresco y asequible y conoces a gente, te reúnes con los panaderos, es un elemento muy importante de cohesión social’’.
"Viene de la historia y tiene carácter, y es importante que el público sea consciente de ello, que esté orgulloso de ello", agregó la ejecutiva. Además, alegó que esta barra de pan francesa se transmite ‘’de generación en generación, sobre todo en las familias’’.
Azoulay aseguró que Francia tardó seis años en acumular toda la información posible y necesaria para presentar la solicitud ante el organismo.
¿Qué es la baguette?
¿A quién no le gusta un pan con una corteza dorada, caliente pero a la vez crujiente y deliciosa? Pues, la baguette es tu pan favorito.
El nombre de este delicioso arte gastronómico hace referencia a la forma alargada o de palo de este pan que llegó en el siglo XX para conquistar a todos los parisinos y luego traspasó las fronteras hasta convertirse en todo un icono de la cultura francesa.
El 92% de los franceses considera que el pan es un elemento indispensable en todas sus comidas y no es para nada sorprendente, ya que en Francia aproximadamente 12 millones de personas asisten cada día a una panadería y seis mil millones de baguettes se producen cada año en el país.
Este pan, producto de una mezcla de harina de trigo, agua, levadura y sal, es un básico que puede consumirse en cualquier momento del día y puede verse en la mesa del presidente de la República en el Palacio del Elíseo o en la merienda de las instituciones educativas.
Aunque el consumo de baguette ha decaído en los últimos años, Francia aún produce alrededor de 16 millones de panes de este tipo por día por lo que esto no impidió a la baguette entrar a la prestigiosa lista.