El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó este lunes con 15 votos a favor, incluido el de Rusia, una iniciativa para prorrogar por seis meses más la entrega de ayuda fronteriza a Siria, de la cual dependen cuatro millones de personas.
La decisión contó con el apoyo de Rusia, país que ha sido crítico con el sistema transfronterizo y que ha usado los últimos años su derecho de voto para recortarlo debido a la alianza que mantiene con el presidente sirio, Bachar Al Asad.
Con la aprobación de la resolución, la ayuda continuará entrando desde Turquía a la provincia siria de Idlib y a lugares vecinos como Alepo sin pasar por las manos del Gobierno de Damasco, que no controla esos territorios.
Además, tendrá otros tres puntos de acceso para la ayuda humanitaria: uno más desde Turquía, uno desde Irak y otro desde Jordania, para llevar apoyo a todas las zonas controladas por los rebeldes.
"El Consejo de Seguridad de la ONU votó por unanimidad extender el mecanismo transfronterizo que permite que los alimentos, el agua, los medicamentos y otra asistencia crítica lleguen a los sirios más vulnerables", escribió en su cuenta oficial de Twitter, el portavoz de comunicación de la misión estadounidense para la ONU, Nate Evans.
https://twitter.com/USUNSpox/status/1612469504981753859?s=20&t=p_dZbzcq6f6nXcBnHbs3QQ
Esta ayuda que lleva vigente desde 2014, expiraba este martes 10 de enero, luego que, en julio de 2022, el Consejo de Seguridad lo prorrogara también por seis meses, con opción a otro medio año pendiente de una nueva votación.
Si la ayuda a través de los puntos no se prorrogaba, ésta se canalizaría desde el interior del país, lo que haría que dependa del Ejecutivo sirio y se pongan en riesgo la vida de millones de personas. Además, la capacidad de las organizaciones humanitarias para prestar ayuda al noroeste del país, se vería comprometido y afectado.
Nada de este panorama ocurrirá una vez que hoy se tomó decisión de prorrogar la ayuda.
Cuatro millones de personas dependen de la resolución
Siria, quien se encuentra en guerra desde 2011, sufre una grave crisis económica, alimentaria y humanitaria, principalmente al noroeste del país, donde la situación es mucho más alarmante debido a las cuatro millones de personas que necesitan ayuda y las más de dos millones que dependen completamente del acuerdo transfronterizo.
Datos de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), registran que de las 4.6 millones de personas que viven en la región, 3.3 millones experimentan inseguridad alimentaria y 2.9 millones son desplazados internos, con la mayoría residiendo en campamentos en devastadoras condiciones.
