Los saberes de los maestros cubanos del ron ligero entraron a la lista de la Unesco del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La realización del Ron ligero cubano, se produce diariamente y es un proceso social que se vive en los espacios fabriles o donde sea que interactúen los maestros.
El proceso no está escrito ni se mantienen recetas por lo que el conocimiento pasa a través de los maestros de generación en generación.
Yahima Esquivel, quien ejerce como embajadora de Cuba ante la Unesco, destacó el aporte cultural que hace este oficio a la identidad cubana y se refirió a las buenas prácticas regidas por la ética, así como el aporte colectivo y el rigor científico.
Más de 24 naciones que integran Unesco, apoyaron la candidatura de la isla y en diversas intervenciones, mencionaron que Cuba no promueve un producto sino que es el reflejo del pase de conocimientos y merece ser salvaguardada.
Esta práctica ha existido desde hace 160 años, tiempo en que se ha ido transformando una y otra vez, hasta convertirse en uno de los productos que más interés despiertan en el público.
El primer maestro Juan Carlos González, afirmó que cada generación deja en los barriles su creación lista para el relevo.